miércoles, 21 de noviembre de 2007

El gato negro

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En la posada del fracaso,
donde no hay consuelo ni ascensor,
el desamparo y la humedad
comparten colchón
y cuando, por la calle,
pasa la vida, como un huracán,
el hombre del traje gris
saca un sucio calendario del
bolsillo y grita
¿quién me ha robado el mes de abril?
¿Pero cómo pudo sucederme a mí?
¿Quién me ha robado el mes de abril?
Lo guardaba en el cajón
donde guardo el...
donde guardo el...
donde guardo el... --

Sonaba Sabina. Sucio, canalla, más si cabe, y más melancólico. Porque sonaba en vinilo. La aguja se enganchaba de vez en cuando, y le hacía saltar.

Yo, comía un sandwich enorme, calentito, de pollo desmenuzado con mahonesa y tomate y lechuga; mi preferido, y el de todo el mundo. Secretamente, le añadía orégano a la mahonesa, para que fuera MI sandwich, distinto al de los demás, más rico, mejor, mío. El chocolate caliente, que humeaba en un par o tres de mesas, nunca fue santo de mi devoción. Ya véis, lo que son las cosas. Así que tomaba infusiones, hechas con las hierbas, claro, nada de bolsitas, o simplemente agua.

-- donde guardo el corazón.

Las mesas eran de mármol, rectangulares, para cuatro, en cariño y compañía; los pies, de forja. Me impresionaban mucho. Creo que fue el primer contacto que tuve con el metal desnudo, negro, viejo. En la carta había de todo. De todo lo que yo podía desear, al menos. Sandwiches, creppes, mediasnoches rellenas... En una vitrina estaban los croissants y las ensaimadas, cubiertas de azúcar glass, y las tartas caseras, pasteles, o cocas, casi siempre integrales, de yogur, o de nuez, o de avellanas, o de manzana, o de todo junto. Duraban tres o cuatro tardes en la vitrina, hasta que en los platos sólo quedaban migas, y eran puntualmente repuestas.

Había quien tomaba cocktails, o algo así, pero yo no era consciente de eso. Lo que sí sabía es que el Agua de Valencia me estaba terminantemente prohibida. Pero podía beber agua de limón. Muy famosa, y muy popular.

La gente... Gente. Mucha, sobre todo los sábados por la tarde. Algunos resultaron ser, muchos años después, profesores míos en el instituto. Otros, no. Por lo que he podido saber después, había periodistas, pintores, músicos, arquitectos, fotógrafas, políticos, enfermeras, dueños de bares, bohemios...

-- estaban todos menos tú.
Todos menos tú.

Después de Sabina sonaba Gabinete, o Luz, o los Pegamoides, o Gato Pérez, o un buen rato de Ritmo del Garaje. En un rincón metiditos en la pared estaban los libros y las revistas, y los juegos: el trivial, el parchís, la oca, ajedreces, y esas cosas. Lo que había entonces. El tiempo pasaba despacio. Las tardes de otoño se hacían largas.

Sacaba las fichas de ajedrez de su caja y preparaba el tablero. Detrás de la barra, en unos estantes, estaban las hierbas en grandes tarros de cristal.

- Mamá, ¿me puedo tomar otro poleo?



Allí me hice, bajo la atenta mirada del Gato Negro. Allí, y en el Parque Ribalta. Y en casa. Eran los 80...

Hoy, mi madre vive en un piso, y yo en otro, a 67 kilómetros. Aquella casa donde viví 18 años la tiene alquilada una pintora. El Parque se ha convertido en Parking Ribalta, y en nada me lo van a destrozar pasando un tranvía por enmedio - ¿dónde llevaré yo a mis hijos a jugar? -. Pero el Gato Negro y varios de los frascos de cristal, por supuesto, los recuperé del trastero, y siguen conmigo. Y los discos también, aunque remasterizados en CD. Mi madre se quedó los vinilos.


Cualquier noche los gatos
(uuuuh uuuuh-uh,)
de tu callejón
le aullarán a gritos esta canción:
Porque yo tengo una banda de Rock'n Roll
(uouooooo,)
porque yo tengo una banda de Rock'n Roll...


[Tal día como hoy, 21 de noviembre, en 1694 nace Voltaire, en 1877 Edison anuncia la creación del fonógrafo, en 1916 muere Francisco José I Emperador de Austria, en 1924 nace Christopher Tolkien (hijo de J.R.R. Tolkien), en 1969 se establece el primer enlace de ARPANET (red precursora de Internet) entre la UCLA y la Universidad de Stanford (el mismo año que el hombre holló la Luna por primera vez), en 2000 la banda terrorista ETA asesina al ex-ministro socialista Ernest Lluch.
Hoy, 21 de noviembre de 2007, ha muerto en Madrid el escritor, actor y director de cine Fernando Fernán-Gómez. Desde aquí, su recuerdo a través de El viaje a ninguna parte, Belle Époque, El Abuelo, La lengua de las mariposas, Todo sobre mi madre...]



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Now playing: Loquillo Y Los Trogloditas - El ritmo del garage
via FoxyTunes


11 comentarios:

Anónimo dijo...

Joooo, la verdad es q me gustan mucho este tipo de entradas, aunq en parte me dan algo de envidia. Hasta donde mi memoria llega he "vivido" en dos bares y un restaurante, pero apenas tengo recuerdos agradables de ellos. Así q me alegro q tu los conserves y no sólo los recuerdos, sino parte de aquellos tiempos. Parece ser q los 90, no sentaron demasiado bien a la hostelería en general

Anónimo dijo...

jos mola, aun me acuerdo de ese gato :) y me habias contado un poco q era :)
me alegra vcolver a verlo

Anónimo dijo...

No sabes como despues de esto me apeteceria ir a tomar un chocolate caliente o un poleo. Nada de agua de valencia porque soy buena. Los 80's me hubiese gustado vivirlos un pelin mas mayor... aunque tengo mis recuerdos...
La pregunta es ¿Dónde van a jugar nuestros hijos?

roketa dijo...

ALA!! Tu también eres de Castellón??

Currito dijo...

¡Yo también tengo ese Vinilo de Sabina, lo juro! Bueno, en la casa donde yo fui feliz supongo que no te tengo que contar QUÉ CLASE DE INTRUSA VIVE...


Besotes

indigo dijo...

la infancia es una época genial de la vida, es una pena que no todos pudieran, puedan o podrán disfrutar de ella...
mi infancia fue fantástica, guardo un motón de recuerdos felices... y aunque parezca mentira guardo el recuerdo de un pub llamado "El Alma", a donde iba con mis papis y amigos a tomar tés (yo no, no me gustan esos brebajes ¬¬). las mesas eran de marmol, rectangulares y con pies de forja. había revistas para leer, y tableros de ajedrez y damas para pasar la tarde. de música de fondo jazz o blues. un buen recuerdo. lo cerraron cuando aún era pequeña, pero parece que volvieron a abrirlo.
a veces me da pena haber crecido... yo no quería!!!

BarakKhazad dijo...

Monito, ves? a veces sí que recuerdo cosas... más bien antiguas XD
Pues sí, los 90 no sentaron bien a la hostelería, ni a la música, se ponga Nutxo como se ponga, ni a casi nada... XD

Frealaf, a ver si lo ves en persona pronto :-) que te echa de menos XD y yo tmb ;P

Jarenheta, un chocolate caliente cuando quieras :) er... no recordaba que hubieramos hecho planes tú y yo para tener hijos! :-S

Roketa... turruk-turruk, turrikitikik, rikitikik... 8-)

Currito, qué raro que Sabina no tenga ninguna canción contra las madrastras, no? :-D

Indigo, me han dicho que en Vigo hay muy buenos bares... A ver si algún día quedamos Frealaf tú y yo por esos lares, y nos vamos por ahí de fiesta :-)

mua.

nesi dijo...

Me ha encantado esta entrada. Y me ha encantado porq me he sentado ahí, en una d las mesas d mármol rectangulares a ver como te comías TU sandwich de pollo aderezado con orégano.

- Un café con leche, por favor.

Viví muchos años delante del parque, con mi abuelo, en el número 22 del Paseo Ribalta. Allí me hice también un poco como soy...
Y desd la ventana d mi habitación tenía el lujo, entonces no sabía q lo era, d sólo ver árboles.

Una entrada muy tuya. Gracias.

Pero los niños... ¿jugarán?

Anónimo dijo...

Que entrada!!!! Que bonito tener recuerdos de infancia, yo tb tengo un bar, "el molino" en el que he ido tb con mis amigos, ahora es una casa rural... los vinilos de Sabina aún suenan en casa cuando los amigos se juntan y juegan al Trivial... entre humo, risas y disputas inocentes...Esos olores... nunca se olvidan... Uno de mis recuerdos es el sonido de la gente hablando, la musica de fondo y yo casi dormida en la silla... ahí posiblemente sonaba Triana... Y los niños jugarán,claro que jugaran,xq siempre habrá padres, abuelos, tíos que les contarán como eran de pequeños, a que jugaban y buscarán el pequeño paraiso allí donde estén para porder jugar con ellos, para llenarse las manos de tierra, las rodillas negras... y heridas a medio curar... Nada que el cariño no cure, esas cicatrices de guerra que te hacen presumir de pequeño y de las que aún te acuerdas cuando creces...

Gracias por la entrada... que bonito recordar, paladear, escuchar y oler la infancia... que pasada nuestros padres...

Y gracias por esos guiños, siempre que hay una entrada en miblog ahí estas tú... Un beso gordo y gracias por la fuerza... me llega.

BarakKhazad dijo...

Nesi, cuando te vengas a casa, la mesa de mármol no, porque hace década y media que las vendimos todas, pero te haré un sandwich de pollo con mahonesa y orégano :-)
Qué suerte haber vivido encima del parque... :) so nice.

Torrik, entre humos y risas, las horas pasaban deprisa...
Que la fuerza te acompañe! :)

¿Los niños jugarán? ...
Pues espero que sí... Al menos, los míos sí, sí jugarán. Con los vuestros quizás. No dejaré que se les pudra la piel en casa frente a una consola.
Yo jugué con cosas: peonzas, canicas, chapas, pelotas, muñecos...
Y también sin cosas: a pillar, a policías y ladrones, a que éramos caballeros e íbamos a buscar dragones para hacernos sus amigos, etc...

Para jugar, aunque las fábricas de peonzas acaben cerrando todas, y las multinacionales de videojuegos estrechen el cerco en torno a nuestros hijos, siempre quedará el recurso de la imaginación, ahí es nada, y por tanto, los libros.
Julio Verne, Salgari, Stevenson, Tolkien, Weiss y Hickman, Ibáñez, Bill Waterson, Quino, Saint-Exupéry...

Sí... definitivamente mis hijos jugarán.
Sostengo.

NUTXO dijo...

La verdad es que leyendo esa entrada viajo al pasado, no se es como estar alli viendo como estan en la 1ª mesa de marmol sentado disfrutando de tu sandwich y siendo un nene supermono, xq seguro q eras super bonico!
Me gusta q recuerdes esas cosillas tan entrañables y q nos hagas recordarlas a todos, simplemente genial!

Yo jugaba en la plaza columbretes( ahora parking en construccion) y me pasaba alli las horas, mi abuela me llamaba desde la puerta de casa xa recoger ya o xa comer era sencillamente perfecto! es q mi barrio a su manera era como un pueblin donde todos ahora nos seguimos conociendo!
Me keda el consuelo de saber q mis sobris juegan, si tb a la play pero siguen tirando de imaginacion y jugando al aire libre y tb lo veo en los niños del cole q siguen jugando y haciendo el ganso en el recreo!
mis hijos tb jugaran si no en la pla columbretes en alguna q yo les buscare!

El gato y la ultima sugerencia siguen vigilando a todos los q entran en la Camara de Mazarbul!

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