martes, 17 de febrero de 2009

Frío

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En Noruega, en invierno, hace frío.

In Norway, in winter, it is cold.


Algunas noruegos tienen la jeta impresionante de decir que "no existe el mal tiempo, sólo la ropa mala". Evidentemente es sólo una excusa de mierda para un tiempo de mierda. Prueba de ello es que, en cuanto pueden, se compran un chalet en Altea, Calpe, Málaga o Canarias, y se dedican a vivir allí 10 meses al año.

Some Norwegians incredibly dare to say that "bad weather doesn't exist, just bad clothing does". Obviously it's just a fucking excuse for a fucking awful weather. Proof of it is that, as soon as they can, they buy a summerhouse in Altea, Calpe, Málaga, or the Canarian Islands, and spend 10 months a year living there.



Desde luego, la ropa "buena" ayuda. "Buena" en términos noruegos, claro... que tiene poco, o nada que ver, con la ropa que venden en Decathlon, por desgracia... De todas formas, por lo que a mí respecta, una y mil veces. Como ya escribí hace poco, yo sí le veo belleza. Y francamente, creo que habría que estar ciego para no vérsela.

Certainly, "good" clothing helps. "Good" in Norwegian terms, of course... which has little, or nothing, to do with the cloths they sell at Decathlon, unfortunately... Anyway, as far as I am concerned, happy many returns. As I already wrote not long ago, I do see beauty in it. And frankly, I believe one should be blind for not seeing it.



No obstante, hay muchísimos ciegos por ahí en cuanto a experiencias vitales se refiere... Analfabetismo, se podría llamar. No es una cuestión de "ver" después de todo, sino de "apreciar". Al fin y al cabo es falta de información, pero lo peor es que a veces incluso se permiten pseudo opiniones, juicios de valor, completamente erróneos, peyorativos en mesura, producto de la comodidad que proporciona la tortilla de patatas, el gazpacho de Mercadona y la tele-basura. Tipo: "eso es un país de la porra bendita", "en Noruega no hay más que hielo", o "en Noruega sólo viven renos y locos". Si hay algo peor que la ignorancia, es la necedad.

Though, there are lots of blinds relating life experiences around... It could be called illiteracy. It's not a matter of "seeing" in the end, but of "appreciating". After all it's just lack of information, but the worst is that sometimes they even afford to have pseudo opinions, value judgements, completely mistaken, greatly pejorative, product of the comfort provided by tortilla de patatas, Mercadona's gazpacho and junk TV. For instance: "that is a country of hell", "Norway is nothing but ice", or "in Norway only live reindeers and crazy people". If there is something worse than ignorance is stupidity.



Lo dicho, Noruega es un país fantástico, en el que hace frío, hay renos, locos, hielo, nieve, paisajes desolados, y refugios de montaña en los que pasar un gran fin de semana con un buen grupo de amigos. Y un montón de cosas más, que hay que venir a conocerlas, para, primero, poder disfrutar, y después, poder contar.

As said, Norway is an amazing country, in which it is cold, there are reindeers, crazy people, ice, snow, desolate landscapes, and mountain cabins in which to spend a great weekend with a nice bunch of friends. And a lot of other things, that one must come to know, to, in first place, be able to enjoy, and then, be able to tell.


Un placer, ISU people, la visita a Heinfjordstua.

A pleasure, ISU people, the visit to Heinfjordstua.
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viernes, 13 de febrero de 2009

Canciones para el tiempo y la distancia, desde Trondheim

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Perdí cientos de horas en buscar
un lugar donde tocar el suelo
y encontré dos mil
palabras que guardar
[...]
Y vi que sólo hablaba de los dos...
que sólo hablaba de los dos...
[...]
Pensé que no me equivocaba
Y fui directo al centro del alud
Busqué donde siempre encontraba
Y vi que sólo hablaba de los dos...



A menudo, no, más; muy a menudo, durante mi adolescencia, y ya después en la juventud, me descubrí enganchado a canciones con las que me identificaba totalmente, o que parecían resumir parte de una historia, o mi presente inmediato. Hechas como a medida, pero 100%. A todo el mundo le pasa, claro. Canciones de Loquillo, de Sabina, cientos, de los Stones, algunas de Serrat... En fin, un montón.


Yo recorriendo mis sitios con la escoba,
Yo reprimiendo las ganas de llorar,
si inteligente consiste en dependiente
si deprimente significa normal.
Yo regalaba mis fines de semana,
Yo me gastaba todo en sonreir,
Y aunque miraba mucho, nunca llegue a entender las cosas.
[...]
"te quiero, pero no sé bien porqué..."



Y, claro, casi siempre quería dedicárselas, o hacérselas leer, o escuchar, a la otra persona implicada. Porque en esto de la autoidentificación de las canciones, casi siempre hay otra persona, además de uno mismo. Muy pocas veces lo hice, sólo en contadas ocasiones. Me justificaba pensando "bah, que se joda, es una bruja", o "un mamón", según el caso y el año. La canción podía resumir nuestra historia, o contar parte de ella, pero si era una bruja, o un mamón (y frecuentemente, lo eran), no merecían descubrirla y apreciar lo que apreciaba yo en ella. Así que dejaría que Loquillo, Sabina, o los Stones, siguieran siendo mis únicos cómplices...


El doctor me recomienda
que no me quite mi abrigo
[...]
y yo no puedo negarme pues
el tipo soy yo mismo,
estudié mientras dormías
y aún repaso las lecciones,
una a una, cada día.
[...]
Aunque siga suspirando
por algo que no era cierto,
me lo dicen en los bares,
es algo que llevas dentro,
que no dejas que te quieran
sólo quieres que te abracen...



Sin embargo, de un tiempo a esta parte, me interesa y me llama muchísimo más la atención, no las canciones que me gustaría dedicarle a alguien, sino las canciones que me gustaría que alguien me dedicara. O, no me dedicara, pero apreciara y reconociera que "nos" pegan, que describen nuestra historia, o se nos acoplan cual guante a medida. Que les recordaran a mí cuando las escuchan.

Es un fenómeno curioso. Mientras que hace unos años los artistas publicaban discos pensando en mis historias, desde mi lado, resulta que ahora han cambiado de estrategia de ventas, parece, y escriben las canciones pensando en mis historias también, pero desde los otros lados.


Sé que corre en contra mía,
que el tiempo muere en cada instante.
Y a usted parece no importarle
malgastarlo conmigo.
[...]
Volver, como volvimos una vez...
Volver como volvió
el tiempo a mi reloj.



Y sí. Bromas fuera, uno piensa en los amigos, en las familias, en los exes, o en los novios o novias si los hubiere, en los lugares en los que ha vivido y ha amado o detestado, y le vienen a la mente canciones. A la mente, y al corazón.

O viceversa, uno escucha canciones, y le vienen a la mente amigos, familias, exes, novios o novias, lugares en los que ha vivido... y al corazón.

Estos son algunos de los fragmentos de canciones de estos días.
De Iván Ferreiro, Canciones para el tiempo y la distancia, El viaje de Chihiro, Turnedo, Mrs. P...
Otro día más.

Ah, y no traduzco esta entrada porque traducir canciones me parece, por lo general, una aberración.


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martes, 10 de febrero de 2009

Take me by your hand

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Sometimes, for supporting somebody you love, words, hands, arms, feet, even legs, can be superfluous.

Even a great distance, of thousands of kilometers, or light years, can be irrelevant.

Sometimes, all you need for showing this support, turned into and product of real love, is, obviously and at the same time paradoxically, your heart.


And if you cry, rejoice.





A veces, para apoyar a alguien a quien amas, las palabras, las manos, los brazos, los pies, incluso las piernas, pueden ser superfluas.

Incluso una gran distancia, de miles de kilómetros, o años luz, puede ser irrelevante.

A veces, todo lo que necesitas para mostrar este apoyo, convertido en y producto de un amor verdadero, es, obvia y al mismo tiempo paradójicamente, tu corazón.


Y si lloráis, recreaos.

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lunes, 9 de febrero de 2009

Trondheim (y II)

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... Vuelo de camino a Trondheim. Y de hecho, ya he llegado.

Y al llegar, descubro el mundo helado que esperaba, pero más frío si cabe de lo que recordaba. Esos ratos de respiro, de calidez, en el basement, se hacen ahora raros, ajenos y alienantes. Entre la multitud busco caras conocidas, sonrisas amigas, y veo muchas menos de las que solía haber.

Casi todo son caras nuevas, de pez, de frío; de euforia inicial algunas, de aburrimiento inicial algunas otras, de hastío las menos. Casi todas nuevas. Detrás de la barra, también, alguien que no conozco. Por fin, alguien que sí. Al primero que veo es a Ørjan. Después, siguen otros. Sus miradas esconden parte de lo mismo que la mía. Todos echamos de menos a los que no están, y no volverán. Sin embargo, ellos llevan tiempo aquí, de vuelta, y parecen ya más acostumbrados...

Luego, en casa, lo mismo de siempre.
Aquí, somos extraños.

La actitud racional sería recordar con cariño a los que quisimos y no están, y tratar de acercarse y conocer a los recién llegados. La actitud natural es pasar de los nuevos, recordar a los viejos amigos, y sumirse en una pseudo depresión invernal... Pero eso no puede ser.

Sublimemos. Racionalicemos.
Echemos de menos, y sigamos adelante, que para eso vinimos, y para eso volvimos.
Eso sí, Ender será siempre el mejor Portavoz.

En algún momento, en algún lugar del camino, y no me refiero al camino que me trajo de España a aquí en este viaje de vuelta, sino en la totalidad del camino, desde España a aquí, y todo lo demás, el camino de todos estos años, el de este viaje de ida sin vuelta, el de la vida, en algún momento y lugar, decía, dejé de ser Ender.

Por mucho que se empeñaran, y quisieran, o no me interesaba, o no estuve a la altura, o ellos no supieron ser Graff. El caso es que "mi Ender" se perdió por el camino. Y no he de recuperarlo. No es que lo haya matado, tampoco. Ni que ande por ahí perdido gritando que lo encuentren... Simplemente, recorrí por un tiempo ese camino, y luego tomé otro. Deconstruí lo que me sobraba, y comencé a edificar por mí mismo lo que me interesó entonces, o lo que me apeteció.

Y aquí estamos, ahora, en Trondheim.
Aunque Ender, el otro, parece que en seguida se va a marchar...

Si querían alienarnos, lo han conseguido. Si querían fastidiarnos, bueno, pues al menos yo, estoy bastante fastidiado a ratos. Pero aún queda rato. Vaya que si queda. Queda voluntad, quedan ganas, fuerzas, proyectos por realizar, y ramen y varelse con los que tratar. Y, claro, efectos relativistas que me gustaría experimentar...

Así que aquí estoy, ahora, en Trondheim.




Gracias, nunca serán suficientes, a Nutxo, por descubrirme la Saga de Ender. He tratado de hacerle un pequeño homenaje en estas dos entradas, incluyendo elementos de El Juego de EnderLa Voz de los Muertos, pero no porque me diera la gana, sino porque es en lo que anda mi mente estos días la mayoría del tiempo. En eso y en la nieve.

Cuando llegué de vuelta a Trondheim sólo había hielo. Ni rastro de la nieve que le daba esa belleza en noviembre y principios de diciembre. Una asquerosidad, el hielo sucio por todas partes, y un engorro. Hoy, por suerte, despues de una buena nevada, unos 70-80cm de nieve polvo cubren las colinas de Moholt, y vuelve a haber brillo.
y

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jueves, 5 de febrero de 2009

Trondheim

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Tres meses desde la última entrada en la Cámara.
Casi cuatro meses desde mi última entrada.
Y, sin darme cuenta, se me pasó el segundo aniversario...
Imperdonable.





Vuelo de camino a Trondheim. Voy en un De Havilland DHC-8 Serie 400, una pava para 68 pasajeros que hace un ruido infernal por culpa de las dichosas hélices. Va medio vacío, como siempre.

Estoy leyendo un libro en el que uno de los protagonistas, Ender Wiggin, también está en Trondheim. El suyo es un mundo hostil, un planeta helado que recuerda a Hoth. Una colonia galáctica a 20 años luz de Lusitania. El mío tiene algo de eso, sobre todo el hielo, y la hostilidad. Y los fiordos y los riscos. Pero también tiene luz y belleza, que dicen que están más bien en los ojos de quien mira. Bueno, pues yo se los veo.

El ruido de la pava prácticamente no me deja concentrarme. A menudo tengo que releer una y otra vez una frase para enterarme. Malditas hélices. El caso es que Ender se pira de Trondheim, y yo vuelvo. Después de casi dos meses de ausencia...

La velocidad de crucero del De Havilland DHC-8 es ligeramente superior a 360 nudos, unos 670km/h ó 415mph. Esto es ligeramente superior a la mitad de la velocidad del sonido en el aire, que es de 340m/s, y un millón seiscientasmil y pico veces menor que la velocidad de la luz en el vacío. Si uno compara al De Havilland DHC-8 con la luz, concluye que va bastante lento. Es lo que tiene la luz, que ante ella, casi todas las comparaciones son odiosas. Sin embargo, si lo compara con Ben Johnson, que en 1988 corrió 100 metros en 9 segundos y 79 décimas, es decir, a una velocidad de 10.2145m/s, eso sí, dopado..., se concluye que el De Havilland es rápido. Este fenómeno es lo que se llama relatividad.

Relatividad, intuitivamente, se podría decir que es el hecho de que las cosas cambian según la referencia de quien observa. Por ejemplo, yo le veo belleza a Trondheim, y Valentine también se la ve. Pero si le preguntas a Luke Skywalker si le moló Hoth, probablemente te diga que no... Si es que no te sale con algún trauma infantil sobre quién es su padre, y tal.

Cuando un objeto, llámese mariposa, astronave, Peter Pan, o Ender Wiggin, viaja a velocidades cercanas a la de la luz en el vacío, 299.792.458m/s [1], llamadas velocidades relativistas, aparecen los llamados efectos relativistas. Sería largo de explicar, pero uno de estos fenómenos es que el tiempo subjetivo percibido por dicho objeto transcurre de forma más lenta que el tiempo percibido por los objetos que se mueven objetivamente más lentos, a velocidades consideradas "normales", y como consecuencia, envejece más lentamente. Es decir, que si Peter Pan, o Ender Wiggin, se meten en una nave y viajan a una velocidad relativista, resulta que envejecen más lento, pero mucho, mucho, mucho más lento, de lo que envejezco yo, a bordo del De Havilland DHC-8 Serie 400, que al fin y al cabo siempre ha sido una pava, y encima de pava, lenta -y para colmo ruidosa-.

Puesto que nuestra realidad es relativa, hay pocas verdades universales [2], aunque yo he averiguado unas pocas, pero uno nunca puede estar seguro del todo de casi nada... Por ejemplo, lo que a nosotros nos parece cierto, obvio y evidente, a nuestra amiga de toda la vida, que ahora se toma cafés con otros, le puede parecer radicalmente falso. Y lo triste, y cierto, es que ambas percepciones son absolutamente ciertas respecto de su sistema de referencia.

Total, que después de dos meses de ausencia, y yo que viajo en la puñetera pava esta, que vale, no va a la velocidad de la luz, pero es cierto que va más rápido que Ben Johnson, resulta que para mí el tiempo no habrá pasado a la misma velocidad que para los que se quedaron en Trondheim. Y ahora vuelvo yo y les digo: "Oye, que por ahí fuera, tal y cual...", y ellos responden: "Ya, ya, pero es que aquí, esto y lo otro...". Y ambos tendremos razón.

Pero la jodienda máxima, rotunda, e inapelable, es que muchos de los que había cuando me fui, ya no estarán cuando llegue. Yo les dejé en sus vidas, que también era la mía, y partí. Y estuve fuera. Y ahora vuelvo, y sus vidas serán sus vidas, pero no serán las vidas suyas que yo conocí. Y algunas vidas ya ni existirán, aunque habrá otras nuevas. Pero eso no quita para que siga siendo una jodienda...

Y... todo esto lo digo de camino a Trondheim. Pero es que resulta que de vuelta al sur, será lo mismo, porque ya fue lo mismo, y volverá a ser lo mismo... Pero, de momento, vuelo de camino a Trondheim...




[1] - Por cierto, la velocidad de la luz en el vacío, 299.792.458m/s, frecuentemente aproximada a 3*10^8m/s, o lo que es lo mismo, 300.000km/s, se denota con la letra
c, proveniente del latín celéritās, velocidad, y fue incluida oficialmente como constante universal en el Sistema Internacional de Unidades el 21 de octubre de 1983. El día de mi cumpleaños, y sólo un año después de que yo naciera. :-)
299.792.458

[2] - Lo que sí hay es bastantes mentiras universales. 21 según Té a Trote.

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Mi Feevy: Blogroll