domingo, 30 de septiembre de 2007

Fuzetsu en pantalla grande

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Ayer, sábado, perdí un tren a las 20.20 y el siguiente salía a las 21.20, así que decidí darme un garbeo por la Fnac, a ver si, de chiripa, tenían la peli de Shakugan no Shana, que salió el lunes (灼眼のシャナ, originalmente es una serie de novelas, después salió el manga y luego el anime, de 24 episodios, aunque el mes que viene sale una segunda parte de la serie, esperadísima, en Japón. Va de una Neblina de Llama, unas criaturas con forma de chicas muy sexys que no se sabe bien si están o no vivas, rollo shinigami, pero que se dedican a combatir a unos demonios malos que vienen del inframundo, explicado en plata... La película es de abril de este año, y acaba de salir en España. Por cierto, un buen regalo para vuestros amigos otakus :-). Por supuesto, ni de coña. Ni la peli ni los mangas ni las novelas. Never heard of it. Y se supone que son los mejores almacenes de libros/discos que hay en España... ¬¬

Curioseando, me pillé un par de cosas: el CD nuevo de Pereza, Aproximaciones (que era para regalar... Segunda razón por la que odio comprar en la Fnac: cuando fui a pagar, en la caja, cobrando, estaba un ex mío. Obviamente me redirigí discretamente a otra caja. Después, al ir a envolverlo para regalo, ¿quién atendía? Pues otro ex mío. Al final me lo llevé sin envolver...), que sí, que es rock, pero suena muy "Los Planetas", ¿no?; y un pack de pelis de Kim Ki-duk, un surcoreano que me gusta mucho, cinematográficamente hablando. :-)

Dejadme que os lo presente, para aquellos amigos desconocidos aún, mientras los que ya lo conocéis os saltáis el resto de la entrada y os dedicáis al web-zapping, blog-jumping, o simplemente al clásico onanismo. Posible alternativa: el bello, meritorio, y a veces injustamente infravalorado, arte del coleccionismo de lepidópteros disecados ( ;-) , quien quiera entender que entienda).

Kim Ki-duk (김기덕) es uno de esos directores experimentales tan de arte y ensayo que mola conocer. Y no digo mola en plan para amenizar, o mejor dicho, pseudointelectualiz-acaparar una de esas tertulias de cappuccino y sueters de rayas y muchos "aaah ssssiiii? qué me dicesss?", sino uno que realmente mola conocer. Inciso: es cierto que me mola casi todo lo que huela a oriental. Me mola Kurosawa, que casi nadie lo traga, ahora, y me mola Wong Kar Wai, aunque no he visto 2046, y me mola Zhang Yimou, mucho. Y no necesariamente todo es "cine independiente". Pero desde luego no es lo que se suele llamar "cine comercial". Sí es "cine de autor", desde luego. Entre todo este barullo uno a veces se pierde y duda sobre lo que vale la pena ver y lo que no. Os recomiendo esta entrada sobre "Gurús de arte y ensayo", sincera, cínica, y altamente recomendable (intuyo que Creu la encontrará especialmente interesante). No es bueno dejarse llevar por la corriente del río siempre, y, francamente, las etiquetitas de club selecto me parecen vomitivas. Defiendo la información, el descubrimiento, y el juicio personal. Y desde luego, disfrutar de lo que a uno le gusta y pasar de lo que no, tanto en cine como en cualquier otra cosa.

En fin, volviendo al tema, ¿que qué hace Kim Ki-duk? Pues habla de prostitutas, desheredados, vagabundos, mujeres maltratadas y maridos castradores, monjes que viven en ermitas flotantes, y viejos pescadores, por citar unos pocos (suelen ser pelis con pocos personajes, cuya psicología se desarrolla ampliamente y constituye el centro de la trama), tocando temas muy intimistas como los celos, la obsesión, los amores extraños e indefinibles, la pérdida de la inocencia, los sueños imposibles, la ilusión, la decepción, etc... Pelis para disfrutar en compañía de uno mismo, o en pareja, a lo sumo en tríos muy unidos... aunque esto es una opinión personal, claro. ¿Algunos títulos? La primera con reconocimiento internacional, La Isla (섬, Seom). Quizá la más conocida, Primavera, verano, otoño, invierno... y otra vez primavera (봄여름가을겨울그리고봄, Bom yeoreum gaeul gyeoul geurigo bom), imprescindible. Después, más recientes, Hierro 3 (빈집, Bin-jip), que me pareció deliciosa y le consagró como gran realizador, El Arco (활, Hwal), que recogió buenas críticas pero en general no convenció del todo al público, y la recientísima Breath (Soom), presentada este año en Cannes. Os dejo con el trailer:



Si os gusta Jean-Pierre Jeunet, Dalí, Basquiat, y en otro orden de cosas, la salsa de soja, digo yo que os gustará. Y si no, al menos, siempre podréis hablar de él en las tertulias... aunque, por favor, no lo hagáis en una en la que esté yo, porque el cappuccino puede acabar bañando un par de esos bonitos jerseys de rayas. XD
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viernes, 28 de septiembre de 2007

Autómatas Celulares Unidimensionales

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El otro día, charlando con un estudiante de 5º de Medicina sobre lo que me ha tenido ocupado la última semana y media, descubrí que sus conocimientos sobre sistemas mecánicos o informáticos, equipos, aparatos, etc, relacionados con su campo, son cuasi inexistentes, por no decir nulos. Lo cual me hace pensar que si un futuro médico no tiene ni idea de esas cosas... ¿cómo será el resto del mundo? La conversación siguió tal que así:

Yo - Pero... ¿no dáis nada de eso? Pensaba que tendríais alguna asignatura sobre vida artificial.
Él - ^o) Mhh, pero ¿"eso" existe?
Yo, después de los correspondientes WTF - ¬¬ Nene, "eso" te rodea...

Así que en vista de la situación, y consciente de que no puedo permitirlo, me dispongo a desfacer el entuerto, compartiendo un poquito de conocimiento con quien quiera leerme. Leche, que no puede ser que yo me haya pasado 6 meses estudiando Cardiología, y los médicos no sepan qué es un Autómata Celular. ¿Qué fue de Leonardo da Vinci y los ideales del Humanismo? La especialización fue la clave de la evolución y el superhábit, y hablo a nivel prehistórico, de homo sapiens. Pero ahora, y ya hace tiempo, la clave está en la multidisciplinariedad.


Según la Wikipedia, "Un Autómata Celular (A.C.) es un modelo matemático que modela a un sistema dinámico que evoluciona en pasos discretos. Es adecuado para modelar sistemas naturales que puedan ser descritos como una colección masiva de objetos simples que interactúen localmente unos con otros. "

De forma resumida, y en lenguaje "fácil", un A.C. está formado por secuencias ordenadas de elementos (vectores si son unidimensionales, matrices si son bidimensionales, por ejemplo) que toman valores dentro de un conjunto finito de estados, y que cambian con el tiempo en base a unas reglas de evolución que tienen en cuenta la vecindad de dichos elementos.

Es decir, y simplificando, un Autómata Celular 1-D (unidimensional) sería por ejemplo una tira ordenada de elementos (un vector, o array), de forma que si el autómata es binario, sólo pueden tomar el valor 0 ó el valor 1; llamaremos células a dichos elementos y podremos considerar por tanto que o bien estan muertas o bien están vivas. Dado un estado determinado del autómata, cada uno de los elementos varía o conserva su valor, o lo que es lo mismo, cada célula permanece viva, o muere, o permanece muerta, o nace (resucita), en base a unas reglas de evolución que marcan precisamente esas transiciones en base a los estados de las células vecinas. Es decir, existen unas reglas que fijan en qué estado se encontrará una célula a continuación basándose en los estados de dicha célula y de sus vecinas.

El caso más sencillo es que esas reglas de evolución contemplen únicamente el estado de la célula en cuestión y los de las vecinas inmediatamente próximas a la izquierda y a la derecha, lo cual define una vecindad de 3 células. Por ejemplo, una regla muy simple podría decir que "si una célula está viva, y sus dos vecinas están vivas, permanece viva; pero si sólo una de sus vecinas está viva, o si las dos vecinas están muertas, muere; si está muerta, permanece muerta a no ser que sus dos vecinas estén vivas, en cuyo caso, resucita" (véase esquema al margen). Un autómata definido de esta manera, independientemente de su estado inicial (con la salvedad de que todas sus células estuvieran vivas), estaría irremisiblemente condenado a la extinción. No obstante, los autómatas 1-D controlados por reglas de evolución definidas sobre vecindades de 3 células reciben el nombre de Autómatas Elementales y algunos de ellos son verdaderamente interesantes.

Los Autómatas Elementales fueron desarrollados por Stephen Wolfram, un auténtico niño-prodigio, y lo que es más y mejor, un prodigioso hombre-prodigio también de adulto. En su libro A New Kind of Science presenta sus asombrosos estudios sobre la materia. Puesto que este tipo de autómates se trata de ternas binarias, se pueden contemplar 256 conjuntos de reglas de evolución distintas (2 posibilidades elevado a 2 elevado a 3 permutaciones), algunas de las cuales producen patrones caóticos, aparentemente aleatorios; otras, producen patrones complejos, que cumplen importantes propiedades; y otras, generan patrones que se extinguen o se saturan, o bien se estabilizan en condiciones de vida-muerte fijas, u oscilan. La regla simplona que mencionamos en el párrafo anterior es precisamente la "regla 160" y su estudio no entraña dificultad ni genera interés, pues como ya dijimos, se extingue rápidamente. Pero otras reglas, por ejemplo, la "regla 90", cuyas células muertas resucitan si una y sólo una de sus vecinas está viva, y cuyas células vivas permanecen vivas si una y sólo una de sus vecinas lo está, muriendo en otro caso, son capaces de generar curiosas figuras que muestran su evolución.

Los autómatas 1-D se suelen representar en filas horizontales, de forma que se pueda ver su evolución. Cada fila representa el estado siguiente, en base a las reglas de evolución, de la fila anterior. O lo que es lo mismo, dado un estado del autómata, con algunas de sus células vivas o muertas, se trata de estudiar las diferentes transiciones en base a las reglas, y dibujar los nuevos estados de las células inmediatamente debajo de los actuales. Así, las figuras que se crean muestran la interacción entre las células y sus vecinas, propagándose la vida o extinguiéndose. La regla 90, representada de esta forma, genera a partir de una semilla unicelular (estado inicial del autómata: todo muerto, excepto una única célula viva), una figura fractal llamada Triángulo de Sierpinski (tengo pendiente hace tiempo hablar de Fractales, pero eso será otro día), que podéis ver aquí al lado. - Algo similar es la Esponja de Menger, que quizá conozcáis... se trata de un cubo fractal de dimensión 2.73. Si tenéis dificultad en imaginarlo, una tipa aún más friki que yo lo ha construido físicamente, con un factor de profundidad 3: aquí tenéis la foto. La mayoría de reglas "útiles", interesantes, son aquellas que tienden a propagar la vida, claro, las que generan valores 1 a partir de valores 1, al menos en la mayoría de los casos, siendo pues pacíficas con las células, no matándolas alegremente, sino sólo selectivamente.

Otro día os cuento para qué sirven y para qué pueden servir estos autómatas, que tampoco quiero aburrir a nadie...
¿Se ha entendido bien?
¿Queda alguien leyendo?

Regla 30

Mensaje subliminal: si alguien tiene algún amigo friki que cumple años dentro de poco, y no sabe qué regalarle, porque ya está harto de tanto poster de El Señor de los Anillos, y remasterizaciones de Star Wars, seguro que A New Kind of Science, de S.Wolfram, haría sus delicias, y las de los más pequeños de la casa. Si no le interesa toda la ciencia subyacente, siempre se puede entretener ojeando las imágenes :-)
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lunes, 24 de septiembre de 2007

Más de Cien Mentiras

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Tenemos memoria, tenemos amigos,
tenemos los trenes, la risa, los bares,
tenemos la duda y la fe, sumo y sigo,
tenemos moteles, garitos, altares.

Tenemos urgencias, amores que matan,
tenemos silencio, tabaco, razones,
tenemos Venecia, tenemos Manhattan,
tenemos cenizas de revoluciones.

Tenemos zapatos, orgullo, presente,
tenemos costumbres, pudores, jadeos,
tenemos la boca, tenemos los dientes,
saliva, cinismo, locura, deseo.

Tenemos el sexo y el rock y la droga,
los pies en el barrio, y el grito en el cielo,
tenemos Quintero, León y Quiroga,
y un "bisnes" pendiente con Pedro Botero.

Más de cien palabras, más de cien motivos
para no cortarse de un tajo las venas,
más de cien pupilas donde vernos vivos,
más de cien mentiras que valen la pena.

Tenemos un as escondido en la manga,
tenemos nostalgia, piedad, insolencia,
monjas de Fellini, curas de Berlanga,
veneno, resaca, perfume, violencia.

Tenemos un techo con libros y besos,
tenemos el morbo, los celos, la sangre,
tenemos la niebla metida en los huesos,
tenemos el lujo de no tener hambre.

Tenemos talones de Aquiles sin fondos,
ropa de domingo, ninguna bandera,
nubes de verano, guerras de Macondo,
setas en noviembre, fiebre de primavera.

Glorietas, revistas, zaguanes, pistolas,
que importa, lo siento, hasta siempre, te quiero,
hinchas del atleti, gángsters de Coppola,
verónica y cuarto de Curro Romero.

Más de cien palabras, más de cien motivos
para no cortarse de un tajo las venas,
más de cien pupilas donde vernos vivos,
más de cien mentiras que valen la pena.

Tenemos el mal de la melancolía,
la sed y la rabia, el ruido y las nueces,
tenemos el agua y, dos veces al día,
el santo milagro del pan y los peces.

Tenemos lolitas, tenemos donjuanes;
Lennon y McCartney, Gardel y LePera;
tenemos horóscopos, Biblias, Coranes,
ramblas en la luna, vírgenes de cera.

Tenemos naufragios soñados en playas
de islotes sin nombre ni ley ni rutina,
tenemos heridas, tenemos medallas,
laureles de gloria, coronas de espinas.

Más de cien palabras, más de cien motivos
para no cortarse de un tajo las venas,
más de cien pupilas donde vernos vivos,
más de cien mentiras que valen la pena.

Tenemos caprichos, muñecas hinchables,
ángeles caídos, barquitos de vela,
pobres exquisitos, ricos miserables,
ratoncitos Pérez, dolores de muelas.

Tenemos proyectos que se marchitaron,
crímenes perfectos que no cometimos,
retratos de novias que nos olvidaron,
y un alma en oferta que nunca vendimos.

Tenemos poetas, colgados, canallas,
Quijotes y Sanchos, Babel y Sodoma,
abuelos que siempre ganaban batallas,
caminos que nunca llevaban a Roma.

Más de cien palabras, más de cien motivos
para no cortarse de un tajo las venas,
más de cien pupilas donde vernos vivos,
más de cien mentiras que valen la pena.

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De Joaquín Sabina, del disco Esta boca es mía (1994).
Si bien el poema es en sí mismo significativo y precioso, con la música gana infinito. A mí me pone la piel de gallina cada vez que la escucho.
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domingo, 23 de septiembre de 2007

El jardín de rosas

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- ¡Buenos días! - dijo el Principito.

Era un jardín cuajado de rosas.

- ¡Buenos días! - dijeron las rosas.

El Principito las miró. ¡Todas se parecían tanto a su flor!

- ¿Quiénes son ustedes? - les preguntó estupefacto.

- Somos las rosas - respondieron éstas.

- ¡Ah! - exclamó el Principito.

Y se sintió muy desgraciado. Su flor le había dicho que era la única de su especie en todo el universo. ¡Y ahora tenía ante sus ojos más de cinco mil, todas semejantes, en un solo jardín!

Si ella viese todo esto, se decía el Principito, se sentiría vejada, tosería muchísimo y simularía morir para escapar al ridículo. "Y yo tendría que fingirle cuidados, pues sería capaz de dejarse morir verdaderamente para humillarme a mí también... "

Y luego continuó diciéndose: "Me creía rico con una flor única y resulta que no tengo más que una rosa ordinaria. Eso y mis tres volcanes que apenas me llegan a la rodilla y uno de los cuales acaso esté extinguido para siempre. Realmente no soy un gran príncipe... " Y echándose sobre la hierba, el Principito lloró.



... Lo cual demuestra que los jardines de rosas no son siempre garantes de felicidad.

Hoy en día, que los hombres sólo somos dueños (ni siquiera príncipes, ni mucho menos reyes) de unos pocos metros cuadrados que llenamos de trastos de madera, metal, o plástico, como mejor podemos, parece grandioso poder ser señor de tres volcanes, aun cuando uno de ellos estuviese extinguido. Y aún mejor si tal señorío incluye la posibilidad de ver cuantas puestas de sol se desee, con solo correr la silla unos metros. Pero lo verdaderamente importante sería la rosa. Una rosa única a la que procurar nuestros mejores cuidados, una rosa que dependiera de nosotros, una rosa a la que amar, y que por su parte nos amara, regalándonos su belleza y perfume.

Al Principito, en realidad, no le entristeció enterarse de que existían más rosas, que pudieran pertenecer a otros hombres, o bien que fueran libres de amor y estuvieran esperando la llegada de alguien con quien compartir sus efímeras existencias. Sino descubrir la mentira de la rosa. De su rosa. La tristeza por la mentira del ser amado, agravada por la distancia y la imposibilidad de hacer preguntas y obtener respuestas, es, en la Tierra y en el asteroide B612, el peor de los males.
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viernes, 21 de septiembre de 2007

Crónica del 9/08/07 - Diluvio crrroata en el Parrrque de Plitvice

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Madrugar, lo que se dice madrugar... Tampoco madrugamos mucho. Después de la noche en el Imperia, las hay que están más resacosas, y los hay que quieren aligerar más...
Pero bueno, un alegre despertar en nuestra pintoresca casa rural, da paso a un dicharachero desayuno en la mesa de madera del jardín. De nuevo, la simpática familia croata (nótese la diferencia con "crrroata", que básicamente, es un croata de la costa y antipático) nos proporciona vasos, cubiertos y demás enseres para hacer un desayuno como manda el plan del día, y luego insisten en que no los freguemos, que ya los friegan ellos... ¿Cómo puede haber tanta diferencia en la gente de un mismo país, a apenas 60km? ¿Qué pasa, estos son más tirando a bosnios? ¿La guerra les afectó al carácter para bien? Curioso, y delicioso.

Nos despedimos de los croatas más majos que hemos conocido en el viaje, ¡viva Korenica!, no sin cierta morriña, porque sabemos que son los últimos que vamos a conocer. Esta noche dormimos en Krsko, en casa de Violeta, ya en Eslovenia.

La furgoneta se pone en marcha. Un poco de Fito, otro poco de Mecano, y antes de que nos acomodemos en nuestros respectivos asientos de aristocracia (conductor y copilotos), burguesía (fila de enmedio: cómoda, espaciosa y despreocupada) y pueblo llano (también llamado, por mí, siervos de la gleba, fila de atrás: hacinada y estoica a más no poder, pues los altavoces de la furgoneta están precisamente ahí, y para que delante se oiga un poquito, los tímpanos de los que van ahí sentados tienen que sufrir considerablemente), ya hemos llegado al Parque Nacional.

Aquí vuelve a quedar patente que deberíamos haber madrugado más. Nos cuesta bastante encontrar un buen sitio para Priscilla en el parking, una ladera semi-desbastada de una colina boscosa, todo muy integrado y muy natural. El centro turístico es un mega (dentro de su contexto) complejo de casonas de madera, con su tienda de souvenirs, su tienda de vituallas (importante el strüdel), su cabaña de aseos, su recepción, su merendero, etc.

Primer paso: hacer la kilométrica cola para comprar los tickets. Nos dijeron ayer los españoles del hostal que a ellos no se los pidieron, pero bueno, nuestro ánimo naturalista y conservista nos hace decidirnos por comprarlos igualmente. Just in case.

Segundo paso: hay un gran panel informativo con mapitas del parque nacional, mostrando todos los lagos y las posibles rutas a seguir. Las hay más cortas, las hay más largas. Las hay que incluyen trayectos en trenecito y vaporetto, y las hay que son puramente senderistas, cochecito de San Fernando: un ratito a pie y otro andando. Esas son las mías. Tímidamente, sugiero que me apetece hacer una de las largas, antes de que el apalanque general cunda y me vea solito y desamparado. Para mi sorpresa y alegría, Patri, Violeta y Luis (aka Farito) también tienen gusanillo machaca, así que elegimos la ruta K, de Kampeones, que especifica un recorrido circular alrededor de todos los lagos, sin ningún recorrido en barco ni tren, con una duración de 6 a 8 horas. Winnie está dudosa, pero finalmente decide unirse a Neleta, Bibi, Maite y Nutxo, el machote del grupo, que, pobrecito, hoy está tan malito que apenas se le oye cuando habla. Escogen hacer la ruta E, de Birreros (no preguntéis porqué), que es más relajada, de 4 a 6 horas, con tramos en barquito y trenecito. Qué turístico todo, ¿no? Estoy empezando a pensar que demasiado...

La comparación con el P. N. de Sant Maurici i Aigüestortes (el mío) es inevitable. Es el que más conozco, y me he pateado hasta la saciedad. El acceso habitual es desde Espot, al norte de Lleida. Que si Ratera, que si el Portarró, que si els Encantats, etc... siempre que he ido he pasado un buen día, pero eso sí, el doble filo de los parques nacionales: hacia el mediodía se convierten en auténticas procesiones de domingueros.

Y en Plitvice, poco más o menos... Allí están ya casi todos los adolescentes de Zagreb, y muchos de los jubilados alemanes que hacen turismo por la antigua Yugoslavia. Estábamos advertidos. Como el tiempo apremia, un par de fotos de grupo "del antes" [como se verá, las fotos "del después" no fueron posibles exactamente...] frente al centro turístico, preceden a una emotiva separación de los dos grupos. Montones de abrazos, besitos, que usted lo pase bien, usted también, haced muchas fotos, sí sí no os preocupéis, etc. No es probable que coincidamos durante el día, pues la ruta E da la vuelta al parque en un sentido, y la K en el otro, y con más vericuetos y un camino bastante caprichoso, según parece en algunos tramos discurriendo por la mismísima orilla de los lagos. Así que quedamos que ya nos veremos por la tarde de vuelta en el centro turístico, tomando un café.

Tercer paso. Cuarto paso. Quinto paso... y uno detrás de otro, los pies empiezan a recorrer el camino.
El Camino sigue y sigue...

The Road goes ever on and on
Down from the door where it began.
Now far ahead the Road has gone,
And I must follow, if I can,
Pursuing it with eager feet,
Until it joins some larger way
Where many paths and errands meet.
And whither then? I cannot say.

Con la canción del camino de Bilbo en la cabeza [la estrofa de arriba es un fragmento; como sabréis, años más tarde fue sensiblemente modificada por Frodo], y muchas otras, la marcha empieza alegre. Patri, Farito, Violeta y yo, caminamos tranquilamente charlando, haciendo fotos, contándonos anécdotas de viajes y cosas, lo típico. La primera parte del camino discurre junto a la orilla de uno de los lagos. Al cabo del rato, comienza a subir por una colina, primero senda, luego un rato de escalones. La vista de los lagos es preciosa. A medida que avanzamos vamos pasando por varios miradores en los que paramos unos segundos a disfrutarla. Por algún extraño tipo de intuición, o quizá por un conocimiento inconsciente de los cielos, aunque parezca paradójico, después de los años, sugiero acelerar levemente la marcha por si la lluvia... Hace muy buen día, el sol brilla y las pajaritos cantan [ ¬¬ ], y mis piernas son muy largas, así que la propuesta cae en saco roto... [tampoco habría valido de nada, como luego se verá]

Nuestro camino se cruza intermitentemente con algún otro, pero vamos siguiendo las indicaciones de la ruta K, y por suerte somos de los pocos que la hacemos, parece, así que encontramos el camino bastante despejado, lo cual es una suerte, según comprobamos en un merendero abarrotado, ubicado a unos 40 minutos del punto de partida, donde deben de confluir todas las rutas. Haciendo las paradas justas y de rigor, reanudamos la marcha. Curiosamente, se nubla bastante, y empieza a chispear durante 10 minutos... Pero para.

En un punto dado, cercano a la confluencia entre dos lagos, decidimos desviarnos de nuestra ruta, alargando el camino, pues más tarde tendremos que retroceder de nuevo por donde venimos para retomar la ruta, y bajar un desnivel de unos 90 metros para ver los lagos desde abajo, en un caminito de troncos prácticamente sobre el agua, que desde arriba se ve muy pintoresco, pero bastante concurrido. En cuanto tomamos la desviación notamos el aumento de densidad de turistas por metro cuadrado. La bajada, gran parte de ella de escalones artificiales, pasa por varias grutas y una garganta. El lago superior va a morir en una pequeña cascada que desagua en el inferior, pero también están comunicados, a juzgar por el complejo de cuevas y la humedad de ese tramo, por alguna corriente subterránea. Cruzamos por el caminito de troncos que veíamos desde arriba, y optamos por ir a ver una cascada indicada como Veliki Slap. El paseo, desde luego, merece la pena, a pesar de que la enorme concurrencia nos retrasa y a mí, personalmente, me agobia mucho. Aquí la diferencia con el Parque de Sant Maurici es patente. Si aquel está ya abarrotado normalmente, este... Las rutas cortas desde luego están adaptadísimas, de hecho nos cruzamos con varias señoritas muy empingorotadas con zapatitos de tacón... Evidentemente tienen que seguir una ruta mínima: llegar, tomar café, recorrer unos pocos metros, hacerse la foto, y volver al merendero. Por necesidad. En fin, tras ver la preciosa cascada y refrescarnos, retomamos nuestra propia ruta, re-coincidiendo con una pareja joven de alemanes que ya habíamos adelantado en otro punto del camino.

Poco después, se vuelve a nublar y de nuevo empieza a chispear. El cielo está oscuro. Instintivamente, una mano va a la espalda hasta mi mochila, saca un rebuño de plástico azul, lo trae adelante, me saco la mochila de un brazo, lo meto por la manga, repongo el brazo de la mochila y me saco el otro, me calzo la otra manga, repongo el brazo de la mochila, y la recoloco. Chubasquero ON, en 15 segundos. A los tres minutos empieza a llover fuerte. Con las capuchas puestas y algo fastidiados, guardamos las cámaras de fotos. De hecho, como arrecia, me pongo incluso los pantalones del chubasquero encima de los cortos que llevo. Eso me fastidia más aún, porque resulta incómodo.

Pasamos la siguiente ¿hora? (cuando llueve tanto, y uno camina por un paraje boscoso, suele perder pronto la noción del tiempo) caminando bajo la lluvia, hasta que llegamos al siguiente "resort turístico", ubicado en una explanada por la que, estratégicamente, pasan todas las rutas, una vez más. Aprovechamos para refugiarnos bajo el techado, pero claro, un par de cientos de personas han pensado lo mismo que nosotros, incluyendo, ¡oh, sorpresa!, al grupo E de Molineras, que aparecen allí alegremente. Bueno, excepto Nutxo, a quien según parece, el remojón no le ha sentado nada bien. Lógico. Hay muchas mesas cubiertas por un gran tejado de madera, y ya hay bastante gente comiendo. También hay tienda de souvenirs, por lo que nos aprovisionamos de postales rápidamente y yo me compro un mapa del parque [que más tarde acabó convirtiéndose en un amasijo de papel mojado en el fondo de mi mochila...]. Los dos grupos intercambiamos la historia del día hasta el momento, en un cuarto de hora. Como no parece que vaya a parar de llover, en cuanto baja un poquito de intensidad decidimos salir. El resto de turistas, apiñados bajo las cabañas, nos miran muy raro. Con las gorras caladas y las capuchas puestas, nos volvemos a despedir de Winnie, Neleta, Bibi, Maite y Nutxo y nos ponemos en marcha de nuevo (ellos hacen otra ruta, y recorren los lagos al revés que nosotros). Es momento clásico para otra canción del camino, esta de las de modalidad lluviosa, claro.

La lluvia se mantiene constante un buen rato, pero al menos llueve ligero, y nos distraemos sorteando los pequeños charcos que empiezan a formarse en la senda. Al rato, re-adelantamos a la pareja alemana, que son de los pocos que siguen ruta bajo la lluvia. En realidad nos viene casi bien, porque esta parte del camino se comparte con varias rutas, y de otra forma estaría abarrotada. Disfrutamos del paisaje y del sonido de la lluvia, que también está bien. La luz es diferente, y el bosque tiene otros colores y olores que merece la pena disfrutar. Tras un buen repecho de subida, donde unos italianos han encontrado cobijo bajo un saliente natural que forma una pequeña cueva, y al amparo de un bosquecillo más frondoso, como apenas sólo chispea, decidimos hacer un alto para comer. Encontramos el tronco perfecto: grueso, caído hace tiempo, junto al camino, y sin embarrar aún. Es momento también de cambiar de ropa, y extender la que llevamos, mojada, con esperanza de que pueda ir secándose durante el resto del día [nada más lejos de la realidad, como se verá...]. De las mochilas, en pocos segundos, salen barras de pan, trozos de mortadela y queso, unos tomates, un poco de jamón, y un par de piezas de fruta, junto con una bolsa de frutos secos. Increible. A los españoles nos encanta comer bien, incluso en las condiciones más extremas. En dos minutos tenemos unos enormes bocadillos preparados y nos ponemos a la faena.

A mitad de bocadillo, estando nosotros cuatro ahí sentados en el tronco, sucede lo más gracioso del día. Aparece la pareja de alemanes, que acaba de subir el repecho. Él delante, ella un poco detrás. Empapados. Parece que no han elegido bien el momento de empezar a caminar, o el ritmo, pero están mucho más mojados que nosotros. Él, caminando con largos pasos, desgarbados, y con una mueca extraña entre partirse de risa y mirarnos con complicidad, y con parte de compasión por su novia. Ella, con la melena toda desgreñada y la cara sucia, casi persiguiéndole a él, y con cara de muy cabreada, soltando improperios en godo. Miramos la escena, atónitos, mientras pasan por delante de nosotros y giran por un recodo. Ella nos ignora deliberadamente. Cuando nos dan la espalda, entendemos: la de ella está completamente manchada de barro, la camiseta hecha un guiñapo. Está claro. O al menos, nosotros nos montamos la película, entre carcajadas pelín crueles: han venido de turismo activo de ese de dominguero (detalle: no llevan macutos ni siquiera mochilas con vituallas ni nada), y él ha sugerido hacer la ruta K, la larga. Ella no quería, pero al final, por él, quizá estén en la luna de miel, ha consentido a hacerla. Obviamente, ha sido un desastre, porque se ha puesto a llover y no iban preparados, y encima ella ha resbalado y se ha caído de espaldas en un charco llenándose de barro. No podemos evitar reir hasta morir.

Tras dar buena cuenta de los bocadillos y acabar con el cachondeo de los alemanes, una rápida revisión a la mochila: la ropa de repuesto, mojada; el chubasquero (chaqueta y pantalón), mojado; la cámara de fotos, a pesar de la funda, mojada; el billetero de piel, los billetes que contiene, el pasaporte, y demás documentos y tickets, todos mojados... Fabuloso día. Nos ponemos en marcha, con ropa ligera, porque parece que el tiempo nos da una tregua.

[Ilusos...] Nada más lejos de la realidad. En la lejanía, se oye un trueno tremendo. Enseguida, se pone a diluviar. Y esta vez más fuerte que en todo el día. Si al principio el camino se salpicaba de charcos aquí y allá, ahora los charcos son el camino, se inunda completamente, y al cuarto de hora estamos chapoteando, con el agua hasta la mitad del pie. Encima, empieza el aparato eléctrico. De pronto, como una enorme explosión. Patri insiste en que el rayo ha caído en la colina donde hemos estado parados hace veinte minutos. La cosa se pone seria. Apago el móvil, por si las moscas, y apretamos el paso.

Llueve.
Tras los cristales, llueve, llueve.
Sobre los chopos medio deshojados,
sobre los pardos tejados,
sobre los campos, llueve.

Pintaron de gris el cielo,
y el suelo
se fue abrigando de hojas.

Se fue vistiendo de otoño...

[Fragmento de la Balada de Otoño, de Joan Manuel Serrat]

Las siguientes dos horas, o así, transcurren con monotonía. No deja de diluviar, y nosotros no paramos en ningún momento. No podemos hacer fotos, ni apetece parar a descansar, porque aunque no nos mojaríamos más que caminando, nos quedaríamos fríos y sería garantía de enfermedad al caer la noche. Los lagos lloviendo son melancólicos. Se les va el verde azulado, y se vuelven oscuros algunos, grises opacos otros. Es interesante, es distinto. Pero no es alegre. Apenas nos detenemos unos pocos segundos cuando vemos una vista bonita para disfrutarla y grabarla en la retina, pero no con mucha atención. Seguimos caminando sin cruzarnos prácticamente con nadie.

En un momento dado, nuestro camino se acaba uniendo a otro que discurría más bajo, y está claro que compartimos ruta con los turistas de todas las demás opciones, pues ahora, a pesar de la lluvia y en vista de que va a estar todo el día así, o peor, la gente ha salido de debajo de las piedras, o las setas, pasa de cobijarse y camina estoicamente bajo la lluvia. El ritmo de caminata baja de velocidad crucero hasta colapsarse en una procesión de hormigas. Según nuestros cálculos, falta un 30% de la ruta circular que nos debería devolver al punto de salida. El camino ahora cruza a un lado y otro de unos arroyuelos, y pasamos por lagunas grises, vemos varias cascadas, todas más pequeñas que la primera, pero igualmente bonitas. No obstante, el gris del cielo y el hecho de que nuestra ropa interior esté chorreando (los chubasqueros de Decathlon son una puta mierda!!!) nos sume en un estado de vegetación anímica irritable y hace que tratemos por todos los medios de adelantar a todo el mundo y llegar cuanto antes a la furgoneta.

La ruta sigue así un buen rato. Finalmente, llegamos a un pequeño embarcadero que no esperábamos, y un barquito nos conduce en dos minutos al otro lado del último lago que veremos, y casi el final de la ruta. Acabamos saliendo por donde entramos. Ya de perdidos al río, y nunca mejor dicho. De camino al parking, por la carretera, en cuesta, el agua baja desbocada, sin parar de llover. Saltamos en los charcos hondos y nos salpicamos los unos a los otros, barriendo el agua con los pies.

Por fin, acaba la odisea. Llegamos al parking abriéndonos paso entre las decenas de coches que intentan marcharse bajo el diluvio. Vemos Priscilla y cuando nos acercamos, ¡oh, sorpresa! Maite, Bibi, Neleta, Nutxo y Winnie nos reciben totalmente preparados, con ropa seca y limpia de cada uno de nosotros, sacadas de nuestras maletas. Cómo han sacado la ropa sin que se chope todo, la verdad es que no lo sé. Ellos están dentro, en la furgoneta, claro, ya cambiados y sequitos. El proceso para cambiarnos de ropa nosotros es delicado. En el estado en el que llegamos, desde luego, el que nos vean desnudos es lo de menos, porque ante la expectativa de la furgoneta cálida y cómoda y la ropa seca, de repente nos entran las prisas por cambiarnos cuanto antes. Además, después de tantos días compartiendo tanto, ya hay confianza. XD Como dentro ya hay 5 personas queda poco espacio, así que por turnos, nos quitamos la ropa calada, la escurrimos como si de estropajos se trataran [en serio, los calzoncillos como si me hubiera bañado con ellos puestos], entramos en la furgoneta, nos secamos con una toalla, y nos ponemos la ropa que tienen preparada para nosotros. ¡¡¡Qué monos y deliciosos son!!! Obviamente la ropa es la primera que han conseguido, pero aún así... qué fabuloso. De hecho a Violeta no le han encontrado ropa interior, y no sé si es que nadie le puede dejar porque todas tienen las bragas de repuesto mojadas, pero el caso es que le toca ponerse los pantalones sin nada debajo, a la pobre. En fin... menudo día. Bibi ha escrito en el parabrisas lo que enseguida se convierte en un de los mottos del viaje: "No sólo gitanos, también rrrefugiados". Y es cierto, Croacia nos ha puteado hasta el final, ha tenido que llover justo el día que nos íbamos de excursión al monte, manda narices... Pero bueno, en el fondo, lo echaremos de menos, un poco...

A partir de ahí... Una vez vestidos y secos todos, y dadas las mil gracias por prepararnos la ropita, nos ponemos en marcha, nos cuesta escapar del parking ante la desbandada masiva y general, pero nos ponemos al fin camino a Zagreb, acabamos cruzando la frontera a la caída de la tarde (el control de pasaportes es cómico... van casi todos mojados o húmedos, y les pedimos por favor a los aduaneros que nos los cuñen, que sorprendentemente acceden), y llegamos a Krsko con un hambre enorme. Ha sido un día muy largo. Personalmente, lo he pasado muy bien en los Lagos de Plitvice. Al final, no hemos visto osos, ni urogallos, ni linces, que se supone que haberlos haylos... estarían todos rrrefugiados, ha sido una lástima que haya llovido tanto. Por supuesto, nada más pasar la frontera a Eslovenia, un sol radiante e incluso un bonito arcoiris... Es Crrroacia, en serio. No recuerdo nunca haberme mojado tantísimo en una ruta... nunca había caminado 4 horas bajo un diluvio, claro...

Una ducha calentita y dos buenas ollas de cous-cous nos animan, y la posibilidad de hacer la colada y dejar en casa de Violeta la ropa mojada secándose es un ventajón. Por la noche, vemos otra vez "El rrrancho de mi papá", un culebrón de dos capítulos que ha dirigido Violeta con actores eslovenos hablando en español. Tras descargar las fotos de las tarjetas en el portátil de Vio, nos vamos a la cama, de nuevo unos en casa de Vio (esta vez, a mí me toca quedarme), y otros emigran a casa de la amiga que tan amablemente nos la presta.

Con qué gusto se coge la cama al acabar un día así...


Fotos:
(Ya habéis visto alguna de las grandes fotos de este día en las presentaciones-homenaje, así que intentaré no repetirme. También, para que no sea tedioso y puesto que la crónica en sí ya es larga, la mayoría de las fotos chulas de paisajes las pongo aparte, en la colección de Flickr. Podéis acceder a todas a través del tag Plitvice, o clickando aquí. Os lo recomiendo encarecidamente, hay fotos muy bonitas, pero incluirlas todas aquí sería demencial. Aprovecho también para felicitar a las fotógrafas -Vio, Winnie y Neleta (Patri no hizo fotos ese día) - por el fabuloso material, y en especial doy las gracias a Violeta por esas preciosas fotos).

1 a 4: paneles informativos y fotos de grupo antes de salir de ruta.
5 a 9: vistas del parque nacional, en la primera parte de la ruta K.
10 a 18: selección de fotos de paisaje.
19: Farito y la tormenta que se avecina...
20 y 21: más fotos de paisaje.
22: grupo E acabando el camino.
23: parada técnica grupo K.
24 a 27: llegada del grupo K a la furgoneta, sufriendo los efectos del diluvio.
28 a 30: epílogo.

En esta ocasión no incluyo enlaces a cada una de las fotos por la cantidad de ellas, pero os invito a visitar la colección de Flickr a través de los enlaces que pongo más arriba para ver cuantas fotos queráis ampliadas, y comentarlas si queréis.

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Flickr

This is a test post from flickr, a fancy photo sharing thing.

lunes, 17 de septiembre de 2007

El traje gris

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Primer lunes de curso. Tercera semana de septiembre.

Caras somnolientas, o estresadas, o aburridas, o apresuradas. Aparatitos de música con auriculares cada vez más pequeños algunos, cada vez más llamativos otros. El primer lunes de curso, inconscientemente, los estudiantes se dividen en dos grandes grupos: los que llegan pronto - metódicos, puntuales -, y los que llegan tarde, y llegarán tarde todas las mañanas del cuatrimestre.
La Facultad (en realidad, Escuela) rebosa actividad. En dos semanas se habrá calmado. En un mes estaremos la mitad. Y en tres meses quedaremos el 20%. Como siempre. En la "vuelta al cole", los hay que aún van con piratas, o incluso con pantalones cortos, y sandalias. Otros, de vaqueros y chinos.
Algunos esperan resultados de exámenes. Otros, consultan horarios, o aulas, o profesores. Intercambian historias de vacaciones, nuevos novios, nuevos sobrinos, nuevos trabajos, nuevas canciones, como siempre.

Por la tarde, un autobús de la EMT, echado a un lado, los viajeros con mala cara e impacientes, el conductor fuera, discutiendo con dos jóvenes con cascos de moto en las manos. Al lado, una moto en el suelo, con bastantes desperfectos, y un coche con una puerta hendida y parte del capó levantado, y un ejecutivillo telefoneando bastante ofuscado.
Se huele en el aire que es primer lunes de curso, tercera semana de septiembre.

Las intensas lluvias que duraron un día, repito, un día, y ni siquiera nos lavaron la cara, han dejado a la ciudad "a oscuras" en cuanto a termómetros-relojes se refiere (que yo me pregunto: ¿en Noruega, Suecia, Dinamarca, etc, tendrán termómetros-relojes en las calles? ¿O es un invento exclusivo nuestro? Si lo es, ello explica lo mal pensado que está, la mala calidad del aislamiento, y la tardanza en el mantenimiento. Si no, simplemente es una muestra más de cómo adaptarlo todo a nuestra querida España cañí).

En la radio, Amaral me recuerda lo que ya sé.

Afuera, en la plaza, dos gatos pequeños y sucios, pero gordos, empachados, miran perezosamente una cucaracha que cruza apresurada por delante de ellos. Ni se molestan en mover una pata. La cucaracha, extrañada por que no le den caza, les tienta; viendo que ni siquiera así suscita su interés, acaba por marcharse, algo ofendida.
En los salones, los adolescentes yacen panza arriba en el sofá, mientras cenan guarradas y se atiborran de tele-basura. Algunos de ellos han empezado hoy la universidad. El resto de sus vidas...
Hoy empieza el resto de tu vida... Qué manido, qué recurrente... Cuántas veces habré escuchado eso... Hoy empieza el resto de mi vida, como siempre. Una vez más.
Época de propósitos, algunos de los cuales siempre cumples. Otros, nunca.

En mi cocina, el fregadero limpio. En la habitación, las alfombras recién colocadas. Sobre la mesilla, Cristina y yo sonreímos desde el Duomo de Milán. Qué recuerdos... Ha pasado ya tanto tiempo... En el estudio, la mesa hecha un auténtico caos. Como casi siempre.

En el armario de la habitación de invitados, colgado y metido en un guardapolvo, un traje gris de firma para estrenar, y unos zapatos ingleses de cuero negro. En una cajita, los gemelos que me regaló mi abuela. Todo a la espera... Como siempre.

En el equipo de música, un recopilatorio de 25 años de Loquillo. María y Rock'n'roll star.

Este año acabo.
En octubre cumplo 25.
Este año estreno el traje.
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martes, 11 de septiembre de 2007

Presentación: ♀ Patri ♀

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Con Patri no hay lugar a dudas, porque tiene un único nombre de guerra: la Calva. Esto se debe a sus radicales cambios de imagen, que quizá puedan ser discutidos en otro lugar y momento, con calma y birras.

Con permiso y disculpas por el ramplón lugar común, diré que es pequeñita pero matona. Pero es que esta vez está justificado, porque en nadie esta frase cobra más sentido y veracidad. Del tamaño de un diminito, puede sorprender a veces lo arrollador de su personalidad, al más puro estilo Inner Sakura.

Lo que le gusta es la montaña, el bosque, los lagos. Cualquier lugar lejos del humo de los coches le vale, siempre que no esté muy lejos del humo de la marihuana. Aunque puesta a preferir montes, creo que se quedaría con el Monte de Venus. Y haría bien. Lleva xopocientos piercings muy xulos y unas camisetas hippies con hadas y brujas que molan cacho, y, o bien una sonrisa de oreja a oreja, literalmente (es una nena risueña), o bien el ceño un poco fruncido (también es casi tan tozuda como el burrito aquel de Mattel que daba coces, pero desde luego mucho más divertida). Además, es scout y lo suyo es la cultura de campamento. ¿Sabes cuando eres peque y vas de campamento a la montaña y siempre hay unas monitoras muy freaks y enrolladas y guitarreras? Pues una de ellas es Patri.

Después de estudiar Psicología y Psicopedagogía, también es una mujer de mundo. Como digo, de las que intimida, aún a pesar de su tamaño. A veces puede parecer que es fácil tener roces con ella [más que nada porque es guapa y hippy, puntos que eran determinantes en una chica para mí cuando era hetero], pero es mucho más fácil llevarse bien con ella, sobre todo (MUY IMPORTANTE) si respetas sus horas de sueño y eres silencioso mientras duermes.

Desde Safo, es la "lesbiana tarada" más adorable que he conocido. Y las fotos hablan por sí mismas.

Fotos:
Patri risueña, claro, con N birras, en el Imperia.
Patri degustando un sabroso plátano, en Plitvice.
Patri conversacional en la casa rural en Korenica.
Mirando el paisaje, en el Parque de los Lagos de Plitvice.
Sobada total, en el ferry a las Kornati. Una de las mejores fotos del viaje, sin duda.
Patri flanqueada por Farito y Sergio, en Plitvice.
Patri unplugged, y Winnie en segundo plano, en el ferry a Solta.
Luciendo tripita, quina fartà en el Sokol, en Ljubljana.
Emergiendo de las aguas, en las Islas Kornati.
Jugando con una chapita, en el albergue de Bohinj. No sé porqué, en esta foto le veo un aire así a Ché Guevara... será la gorra del revés XD
Y otra comiendo banana, en los Lagos de Plitvice. Para que luego diga que no le gusta... :-D




























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