jueves, 30 de agosto de 2007

Presentación: ╔ Bibi ╗

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De nacimiento Bibiana, y Princeza, por zupuezto, pronto se hizo evidente su interés por la naturaleza. Interés desinteresado, todo hay que decirlo, pero al fin y al cabo interés. Los animales le gustan, pero no para comerlos, al menos demasiado. Eso sí, sin ser de las que no comen nada que no proyecte sombra, es casi-vegetariana (salvando el jamón serrano, of course, y algunos hombres, pero pocos, que últimamente hay epidemia y son casi todos gilipollas). Abandonando el tema de la comida, no sin antes mencionar que es adorable y cualquiera querría comérsela (insisto, cualquiera en su sano juicio, pero claro, ahora hay epidemia y los hombres son casi todos gilipollas), cuando se hizo mayor entró en el selecto club de las Molineras, y desde entonces lleva dando caña al ritmo de "Mango, mango, mango, kiwi, kiwi, kiwi, ananas, ananas, bananas".

Estudió primero Hortofruticultura, y después se pasó a Ciencias Ambientales. Quizá por simple serendipidad, o puede también que sea porque su aura provenga, disociada, de la de alguna ninfa del lago, de esas muy místicas, o alguna hada del bosque, de esas traviesas y mentirosillas, siempre le rodea un halo misterioso que huele como a tierra húmeda, a musgo, a vegetación exuberante y feliz, a agua cristalina y serena, a hojas y ramas, y a pequeños gnomos con caperuzas rojas recolectando champiñones. Todo este olor a verde, también, viene en parte porque no es sólo gitana, también rrrefugggiada. Pero lo que es, es un amor.

Un día, caminando por un sendero, sucedió que Bibi se topó con una extraña criatura:

- Bonjour - dijo la criatura.

- Bonjour – respondió cortésmente Bibi - ¿Quién eres? Eres muy bonito...

- Soy un Pupuru – dijo la criatura.

- Ven a jugar conmigo – le propuso Bibi – Estoy tan triste... y caticárdica...

- No puedo jugar contigo – dijo el Pupuru – No estoy domesticado.

- ¡Ah! perdón – dijo Bibi. Pero, después de reflexionar, agregó: – ¿Qué significa "domesticar"?

- No eres de aquí – dijo el Pupuru –, ¿qué buscas?

- Busco a las Molineras, que me he perdido – dijo Bibi –. ¿Qué significa "domesticar"?

- Las Molineras – dijo el Pupuru – tienen cerveza y valerianas de la risa. Se beben la cerveza, y se toman las valerianas, ahí en la Colla, y se lo pasan bomba, y me llaman nombres... ¿Buscas cerveza?

- No – dijo Bibi –. Busco a mis amigas. ¿Qué significa "domesticar"?

- Es algo demasiado olvidado – dijo el Pupuru –. Significa "crear lazos..."

- ¿Crear lazos?

- Claro – dijo el Pupuru –. Todavía no eres para mí más que una Molinera parecida a otras cien mil Molineras. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un Pupuru parecido a otros cien mil Pupurus. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad uno del otro. Tú serás para mí única en el mundo. Yo seré para ti único en el mundo...

- Comienzo a entender - dijo Bibi – Hay una flor... creo que me ha domesticado...

- Es posible – dijo el Pupuru – En Valencia ocurren todo tipo de cosas... - y agarró fuertemente su riñonera a rallas.

El Pupuru se calló y miró largamente a Bibi:

- Por favor... ¡domestícame! – dijo.

- Me parece bien – respondió Bibi -, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar a las Molineras y conocer muchas cosas.

- Sólo se conoce lo que uno domestica – dijo el Pupuru – Los hombres ya no tienen más tiempo de conocer nada. Compran cosas ya hechas a los comerciantes. Pero como no existen comerciantes de amigos, los hombres no tienen más amigos. Tú tienes ya muchos, porque tienes a las Molineras, pero si quieres un amigo más, ¡domestícame!

- ¿Qué hay que hacer? – dijo Bibi.

- Para empezar... Irnos de viaje...


Y así fue que se fueron de viaje Bibi, el Pupuru, y otras 7 Molineras, de viaje a Venecia, Eslovenia y Croacia. Y poco a poco, paso tras paso, año tras año, con abrazos fuertotes y besitos pequeñitos constantes, Bibi, y las demás Molineras, domesticaron al Pupuru, y lo hicieron único. Lo hicieron "su" Pupuru. Y el Pupuru hizo únicas a las Molineras, aunque ya lo eran. Las hizo "sus" Molineras. Y Bibita se convirtió en su amiga invisible. ^_^

Fotos:
Here's the Diva, con sus grouppies.
Bibi y Maite, Princezaz.
En el tren cremallera de Ljubljana.
No sólo gggitana, también rrrefugggiada, el día de Plitvice.
Bibi en Solta.
Despistada, donde el tren cremallera también.
Bibi piensa en verde, en el Youth Hostel de Zadar.
La famosa foto del lago, que tanto me gusta... (...) ...
Con los hermanitos, en el ferry a las Kornati.
Domingo de rastro en Ljubljana, vista del río.
En el pub Imperia.

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lunes, 27 de agosto de 2007

Crónica del 6/08/07 - ¡Se mueve! ¡El suelo se mueve!

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[Un sueño interrumpido. Un abrazo a medias. Una melodía polifónica y golpes en la puerta. Knock, knock. Follow the white rabbit... En ese momento no entendía nada, aunque me lo figuraba... Un trozo de papel higiénico color salmón con un texto escrito en boli: "Gayufos: al final nos liamos, oh dioz mio que dezaztre!! Lo sentimos, pero retrasem l'hora d'eixida a les 10h. Os recompensaremos!!! PD: Carpe Diem. Las molineras festeras". Horas más tarde lo entendí...]

Pues sí, la fiesta se alargó anoche, parece. Y los únicos que nos acostamos a dormir fuimos los dos visitantes pupurus. Así que Violeta y el Faro también se han acostado tarde, pero aún así, están al pie del cañón para la visitilla mañanera de rigor, el último paseo por Split antes de que el inexorable paso del tiempo nos obligue a salir hacia el próximo destino. Tras un desayuno más que frugal, el equipo V (de Visitantes), capitaneado por Violeta, y pertrechado con cámara de fotos y la Guía Total de Croacia, amén de diversos planos del casco histórico de Spalato, su antiguo nombre italiano (Dalmacia, provincia de Venecia hasta 1797), se pone a callejear, descubriendo nuevas placitas, nuevas escaleras, callejones y pasajes que dan a su vez a otras callejas y plazas... Vemos la Catedral, por dentro, aprovechando un grupo de turistas latinoaméricanos con guía que habla en castellano. El Tesoro de la Diócesis de Split, venga cruces y báculos y objetos de misa todo de plata... La fortaleza, la curiosa Esfinge, el Campanario, el Templo de Júpiter... echamos un vistazo, desde fuera, al Museo Etnológico, y paseamos una vez más por las Catacumbas. Merece mención especial la estatua de Grgur Ninski (en español, Gregorio de Nin), obra del artista Ivan Meštrović (1929). Un sacerdote tan enorme y tan enfadado, bien merece una pequeña burla al estilo de Harry Potter por nuestra parte...

El tiempo se agota. Las Molineras Festeras se despiertan, y Vio, el Faro, Nutxo y yo, acudimos puntuales al encuentro. Ya todos juntos, y con los equipajes, vamos a desayunar al Paseo Marítimo, cerca de donde tomamos el helado anoche. Los ánimos, un pelín crispados, se aplacan con una buena napolitana... Una vez más, la amabilidad crrroata y la excelencia hostelera están presentes: nos acabamos levantando y marchando para no acabar a mamporros con el camarero. De camino a la furgoneta, pienso, sorprendido, en la cantidad de turismo gay que hemos visto en Split. Y recuerdo la brisa marina en Solta, las calas y los acantilados, las risas en el ferry, y el momento mágico de la primera noche que llegamos a Split, entre las ruinas romanas, y las catacumbas...

[A Dios pongo por testigo, de que si alguna vez me pierdo, y me pierdo mucho, es altamente probable que me acaben encontrando en Split...
Aunque sin Molineras no sería lo mismo...]


¡Hop! Ya estamos de viaje otra vez!!! Nuestro destino final, hoy es Zadar, desde donde saldremos mañana para las Islas Kornati, pero haremos bastantes paradas en el trayecto. De momento, vamos a Trogir, a tan solo 27 km de Split, y decidimos que el trayecto es demasiado corto para ser divertido, así que paramos en las ruinas de Solin, para seguir viendo vestigios de la antigua Pax Romana. De nuevo, y como era de esperar tras la agitadísima noche de pubs (creo que UNO solo, no cerró sus puertas en cuanto vio acercarse a las Molineras), el hardcore fiestero descansa (y hace la compra), y el equipo V, con la incorporación de Winnie, upgradeado a Equipo A, del Amor, se dispone a visitar Solin, más conocido por el nombre italiano, Salona. Fue la capital de la antigua provincia romana de Dalmacia, y ciudad natal del Emperador Diocleciano. Los avaros y eslavos sitiaron y destruyeron la ciudad en el siglo VII, y los supervivientes se refugiaron entorno al Palacio de Diocleciano en Split, que se convirtió en plaza fortificada y pasó a ser capital de facto de Dalmacia. Ahora, es una ciudad relativamente moderna, sin mucho más interés que el de las ruinas de Salona. Se trata de un complejo arqueológico (... sí, ruinas...) del estilo de Pompeya, pero obviamente más pequeño y discreto. No obstante, por la extensión, se ve que en su tiempo fue una gran ciudad. No quedan templos en pie, pero se ven perfectamente los restos de un par de basílicas, un cementerio con multitud de tumbas y nichos de piedra, y hay también un teatro y un anfiteatro bastante apañaditos. Sorprendentemente, el taquillero es super simpático ¡¡¡!!! Y anecdóticamente, el calor es absolutamente sofocante (damos el paseo por las ruinas, sin camiseta algunos, y en bikini algunas). Y ya. Reencuentro con las demás Molineras, que dicen que han comprado algo "especial" para la cena, que van a innovar... ^_^ qué xaxi!

Nos ponemos en marcha de nuevo. Priscilla baila al ritmo de la música disco negra, o del ska o del rock-punk de turno, aunque también hay momentos para las baladitas y el acaramelamiento... Menos mal que lleva CD la furgoneta, aunque es una lástima que las ventanas de atrás no se puedan abrir...



¡Hop! Ya hemos llegado a Trogir, y aún no ha pasado la mitad del día. Comemos, en un parquecito lindo a la orillita del mar. El casco histórico de Trogir está construido en una pequeña isla de 1 km^2 entre el continente y la isla de Čiovo, y también está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Después de comer y tras una micro-siesta, visitamos Trogir. En sí, el encanto es del conjunto arquitectónico, casitas blancas con sus tejaditos muy monas y limpias, y el enclave, más que nada, como puerto privilegiado del Adriático. Hay iglesitas, una Catedral, un castillo... Nutxo ha ligado en el Paseo Marítimo con un xotazo, que le ha regalado un collarcito de cuentas, verde y negro, muy a juego con la ropa que lleva puesta hoy... Un apunte personal me lleva a dejar constancia de que Trogir está llena de xotos. Muy xotos. En especial los camareros, y en especial los camareros que sirven un granizado de café riquísimo... Y un apunte de Patri, objeto de burla y mofa al principio, pero constatado y ratificado después por todo el grupo, es que Trogir se mueve. Se mueve mucho. Se ve que el hecho de estar construida sobre una isla flotante tiene algo que ver, claro... El caso es que es como estar sobre un pedazo de corcho que flota a la deriva. Y desde lo alto del campanario parece que es peor, según cuentan Farito y Violeta. Mientras ellos visitan las alturas, Nutxo, Winnie y yo damos buena cuenta de los granizados de café y nos entretenemos con los camareros, y Patri, Bibi, Neleta y Maite, dan tumbos y se desparraman por los suelos de la plaza, aquejadas de un terrible mareo, falta de equilibrio y náuseas... Trogir es muy pintoresco, y el hecho de que cada poco ratito, el suelo parezca subir y bajar de repente un par de centímetros bajo mi pie, mientras el otro aún está en el aire, me hace una gracia de lo más... Cómo tiene que ser vivir aquí todo el año... Lamentablemente, tenemos que ponernos en marcha otra vez, Zadar espera y hay un largo camino. Es en este momento cuando nos damos cuenta de que Maite, en una de sus xonadas, ha perdido la cartera, con las tarjetas de crédito y algunas kunas (croskis para los amigos). Malísima noticia. Por suerte, el pasaporte lo llevaba su hermano mayor, el Faro, que ya la conoce, después de tantos años... De vuelta a la furgoneta, revisamos el itinerario a la inversa, pero no hay suerte.

De camino a Zadar, que se alarga inesperadamente con una guerra de piñas (bueno, no, de semillas de ciprés) y un bañito espontáneo, cantamos y bailamos y nos metemos con Maite... Zadar, igual por el cansancio, o porque llegamos tarde, resulta ser una ciudad de lo más horrible e inhóspita, pero nos viene muy bien como puerto-base para visitar las Kornati. Nos cuesta encontrar y acceder al albergue de la juventud al que vamos. Una vez más, se repite lo de Split: "habéis llegado tarde, le hemos dado vuestra habitación a alguien más", pero una breve negociación concluye en que nos realojan en una habitación grande con cuatro literas y un colchón adicional para que quepamos los nueve juntos. Xaxi. El albergue está way, hay zonas comunes, un comedor grandecito y un patio-terraza para cenar a la fresca, y las duchas molan bastante (compartidas, todo unisex). Menos mal, porque después del día largo y caluroso que hemos pasado, hacía falta.

La cena es una delicia. En efecto, Patri, Bibi, Neleta y Maite tienen preparado un menú innovador que hace las delicias del grupo: ¡¡pitas!! Mmmmhhh (casi como las ananas). ¡Qué way! Nada, cenamos y charlamos al aire libre, y luego birreamos (qué grande el Merkator, que buen suministro de pivos nos hace...), y nos vamos acostando, cada cual a su ritmo.

Pequeña gran anécdota: cuando Vio y el Faro intentaban dormir, Nutxo iba a ducharse y yo deshacía-rehacía mi maleta aprovechando que pasaremos aquí dos noches, un bicharraco del tamaño de un helicóptero ha entrado por la ventana de la habitación y nos ha atacado. Al final ha resultado ser una especie de avispón crrroata enorrrme, pero enorme enorme de verdad, y ha habido que mantener una fiera lucha entre las literas, encarnizada, para cazarlo y darle muerte. Tras muchos embates, por fin he conseguido reducirlo y acorralarlo (en su huída, ha topado contra un almohadón por una décima de segundo, y cual sería su tamaño que lo ha dejado todo impregnado de un polvillo marrón de ese que llevan en las alas los insectos) bajo una toalla, y el Faro le ha arreado golpes con un libro bien gordo hasta aturdirlo-matarlo. La toalla ha quedado que parecía un sudario de estos todo ensangrentado. Cómo sería el pedazo de bicho que cuando lo he agarrado y he abierto la toalla fuera de la ventana, el bicho ha caído inerte al suelo y al golpear, ¡ha hecho ruido!

En fin... Los peores bichos somos nosotros. Así que, por delante, toda una noche de descanso, brisa marina, ensoñación, pensamientos e interludios de vigilia musicados por breves pero intensas serenatas de ronquidos...

[A la mañana siguiente revisé bajo nuestra ventana, por fuera. En serio. No había rastro del bicho.]

[FELIZ CUMPLEAÑOS, WINNIEEEEEEEEE!!!! (27/8) ]

Fotos (clickando en los enlaces se hacen grandes. En la colección de Flickr hay más fotos que no he puesto en la entrada del blog, os invito a echarles un vistazo y comentarlas):
Nutxo, waking up, en la ventanita del hostal.
Violeta, desayunando, con la Guía Total.
El Faro, con la Esfinge egipcia en el Peristilo, en Split.
El Faro y yo, encantadores, junto a la Estatua de Grgur Ninski.
Nutxo, el Faro y yo, en los escalones del Peristilo, frente al pub Luxor.
Cúpula derruída del Palacio de Diocleciano, en Split.
Winnie, el Faro y yo, posando como columnas romanas, en Salona (Solin).
Yo, en las ruinas de Salona.
Winnie y Violeta, pasando calor en el Anfiteatro de Salona.
Nutxo y yo, pasando calor también en el Anfiteatro de Salona.
Video - Molineras con "I say a little pray for you".
Grupo, excepto Nutxo, comiendo en un parquecito de Trogir.
Campanario, en Trogir.
Patri, en el Paseo Marítimo de Trogir, insistiendo en que el suelo se mueve.
Violeta y Farito, adorables, en la Torre de la Catedral de Trogir.
Bibi, Maite y Patri, mareadísimas por el vaivén de la isla.
Pupuru, Pupuruk y Maite, en la furgoneta, camino a Zadar.
Atardecer...
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sábado, 25 de agosto de 2007

Crónica del 5/08/07 - Joe macho, las Molineras molan cacho ^^__^^

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[Tras el cuarto, quinto y enésimo sueños, hubo y habrá siempre amanecer...]

Despertamos... Hacemos mochila de playa y salimos a la calle. Nos juntamos los cinco de este hostal con los cuatro del otro, y paseando paseando, hasta el puerto. Split es una ciudad preciosa, vamos viendo el casco antiguo de camino (esta tarde lo veremos con más calma). Menos mal que decidimos venir, porque nos dijeron que era una "ciudad B", que si la veíamos pues bien, pero si no, pues tampoco pasaba nada... Acertamos viniendo. El caso es que esta mañana hemos decidido ir a la isla de Solta. Split es el puerto más importante de la costa dálmata, en el mar Adriático. De hecho aquí se cogen los barcos hacia Ancona. Pero también salen cien ferrys hacia las islas e islotes de alrededor: Brac, Hvar, Solta...

Después de reñir con una mujer en la cola para comprar los billetes, que usaba su carrito de bebé como si fuera un ariete, y comprobar las delicias de la amabilidad y cortesía dálmata, compramos desayuno-almuerzo, unos pocos víveres y vamos hacia el muelle. El ferry es grandecito, con una amplia cubierta para disfrutar la brisa marina. Nos instalamos, y pasamos el rato jugando a cartas o charlando, poniéndonos cremita para el sol y esas cosas, y en un ratín hemos llegado a la isla. Desde el muelle hay autobuses que te llevan a los tres pueblecitos que hay, pero nos han recomendado que caminemos desde allí mismo porque hay multitud de calitas escondidas por los acantilados, así que con un poco de suerte, podremos disfrutar de un trocito de costa para nosotros solos...

Solta es una isla bordeada por acantilados bajos, con alguna calitata; está sembrada de pinares y, no, plagada, de pequeños apartamentos y hostales a lo largo de la costa, además de los tres núcleos urbano-turísticos, que nosotros no visitaremos. Tiene que ser bonito pasarse una semanita en uno de estos sitios (pertenecientes todos a un tal Apartman, que debe de estar forrado el tío XD), aunque igual un pelín soso a partir del tercer día :-)

Al final, no hay tantas calas como nos han dicho. Nuestra caminata por la senda costera acaba en un punto muerto y toca volver atrás, aunque yo me empeño en encontrar alguna calita recóndita y me paso ni se sabe las horas recorriendo los acantilados. Al final, resultado infructuoso y vuelta solitaria. El paseo ha valido la pena, pero mi gozo en un pozo. Nos acabamos instalando en una pequeña playita muy cercana al muelle (quizás coger el bus hasta uno de los pueblos y haber buscado desde allí habría estado mejor, pero bueno, nunca se sabe), desalojando a los anteriores inquilinos gracias a la presión Molinera, y pasamos lo que queda de día allí, dándonos bañitos, tomando el sol, comiendo, charloteando, etc. Muchas risas. Es el primer contacto acuático con el Adriático, y, dios! sí que está fría, sí!!! Además, empezada la tarde, sube la marea y aparece una especie de marejada con unas olas un pelín salvajes, así que nos toca dejar los baños para días sucesivos, por precaución... (Winnie se da un último chapuzón de despedida, claro).

A las 17 pasadas cogemos el ferry de vuelta, no sin antes tomarnos el cafecito de rigor en un bar en el muelle [aquí es donde el Faro "consiguió" ese precioso delantal, y un crrroata, dálmata para más señas, me confundió con alguien conocido, o eso creemos, y me saludó...]. A bordo, los mejores momentos del día. Como somos españoles y volvemos de habernos divertido mucho, no podemos parar. Es lo que tiene. Amenizamos el viaje de vuelta a todos los asistentes, algunos de los cuales se animan, otros nos ignoran, e incluso algunos se nos unen, cantando coplas españolas de toda la vida, pop-rock punky funky en castellano i valencià, la tradicionalísima Panderola, y por supuesto el megahit de ayer, hoy y siempre: "Mango, mango, mango". Oiga, aplausos y vítores, al final los croatas no son tan agrios como parecían.
[Sin duda fue uno de los momentos más divertidos del viaje. Familiar y auténtico...]

Ya de vuelta en Split, y tras la ducha pertinente cada mochuelo en su hostal, salimos a dar una vuelta por el casco antiguo y, por fin, verlo bien de verdad. El Mausoleo de Diocleciano, ahora Catedral, la placita donde cenamos ayer, las murallas y fortificaciones costeras, las catacumbas bajo la ciudad, ahora convertidas en galería comercial-turística, etc. Os recuerdo que el núcleo histórico de Split junto con el Palacio de Diocleciano fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979. Por fortuna, la guerra no alcanzó estas costas.
[Menos mal que era "ciudad B"... Personalmente, es la ciudad que más me ha gustado de las que vimos en el viaje.]

Para cenar, nos apetece degustar algo típico de la tierra. Hacemos caso de la recomendación de nuestro casero alcohólico, padre de la yonki con malas pulgas, y vamos a un restaurantito llamado Fife en un extremo del paseo marítimo. Hay cola, y está animado. O sea que será bueno...
Y en efecto, es bueno: pescaditos a la plancha, fritos, calamares rebozados, un buen arrocito negro y otras especialidades costeras, todo muy bueno. Eso sí, los lavabos horribles. Y el camarero innombrable... Con un trato muy por debajo del peor estándar y calificación en hostelería, desagradable, maleducado, y encima estafador. Ave de paso, cañamazo, está claro, [se está convirtiendo en uno de mis mantras viajeros más recurridos] pero si te quieren timar al menos que disimulen un poquito mejor, ¿no? O que lo hagan con estilo... En fin... la cena buena, pero el trato muy para olvidar. A la salida, hay una mesa con cuatro españoles acabando de cenar, así que, como buenos compatriotas, les advertimos de que revisen la cuenta y reclamen todo lo que tengan que reclamar.

Un helado en el paseo marítimo (esta vez nos cuidamos muy mucho de pedir "coffe with ice" después de la broma de Zagreb a Nutxo, así que los no-heladeros piden "tea") y unas cervecitas. Maite pide un helado de Rafaello, que no le gusta, así que se lo cambio. Está bueno. Son como unos bombones tipo Ferrero Rocher, pero de coco y algo de licor. Y hacen helado de ellos. ¡Genial! ^_^
Después, hay algunos que nos hemos quedado con ganas de ver más Split, y queremos verlo mañana por la mañana antes de salir, madrugando, y otros tienen ganas de salir un rato de fiesta. Los visitantes nos retiramos ya y nos acostamos, y los fiesteros se van de pubs y tienen la oportunidad de experimentar una vez más la amabilidad croata cuando les cierran los bares en las narices. Después, coinciden con unos pamploneses y se van de birras hasta las tantas, mientras nosotros descansamos plácidamente.
[Por eso a la mañana siguiente cada uno estábamos como estábamos... XD]

Fotos (clickando en los enlaces, se abren en grande, en la colección de Flickr):
Split, vista desde el ferry.
Faro y Maite, a bordo del ferry.
Bienvenidos a Solta.
Yo, de espaldas, llegando a una calita.
Molineras, haciendo presión y dando miedo.
Nutxo risitas.
Patri y Winnie en el agua.
Grupo (falta Vio) despidiéndonos de Solta.
Grupo de camino al muelle.
Momento musical a bordo del ferry.
Anochecer en Split.
Grupo (falta Winnie) en el Peristilo, Split.
Neleta, Maite, Bibi y yo, en Split, de noche.
Maite y yo, haciendo tiempo en la cola del Fife.

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miércoles, 22 de agosto de 2007

Presentación: | Faro |

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El Faro, aunque no lo parezca, sí, es terráqueo. Una vez oyó que alguien canturreaba "Para seeer gayufíiiin, hay que seeer muy Luiiiis", y le gustó el asunto, así que decidió hacerse de las dos cosas: primero decidió que su nombre oficial sería Luis (aunque sólo lo usa en el trabajo y para los papeles importantes, por lo que es muy probable que esta sea la última vez que aparece el nombre real en este relato), y luego, que se haría miembro de honor del equipo gayufín, que por supuesto, es el que siempre gana.

Si el Farito es algo, además de gayufín, es risueño y dicharachero. Ah, y contagioso, en cuanto a carcajadas se refiere, tiene la virtud de ser bastante contagioso, lo cual es una ventaja, o no, según se mire, para su trabajo: es veterinario. Especialista en animales de compañía, afaik - "y entonces va el Farito y le mete un xute al perro, y hala, a dormir toa la noche!!", Faro dixit, literalmente. Además de gustarle mucho los animalicos, también tiene una hermana, Maite, de la que hablaremos otro día, a la que adora e idolatra, y sobreprotege (algo así como el rollo Marlin y Nemo) hasta los más insospechados límites, frecuentemente relacionados con vértigo y cuestiones de altura - en la tesitura de si cambiarle a su hermana o no una litera que estaba a más de 2 metros y medio sobre el suelo: "Sí hombrrre, me voy a subir yo ahí arriba, que me caigo y me mato, tato!!!".

Eso sí, es un hombre de mundo, innegablemente. Un viajero. Ha caminado por muchos bosques, hablado con muchas gentes, visto muchas películas, curado muchos perritos y gatitos, y se ha bañado en muchas saunas. Ha visto muchos lugares y se ha reído en muchos muchos más.
(... también tiene muchos amigos invisibles... pero esto es un secreto, no lo digáis muy alto!)
(y y y se parece a Simon the Sorcerer!!!)

Después de diez años viviendo en Barcelona, ha decidido que su lugar para asentarse está, al menos de momento, en Castellón. Así que se ha comprado un piso y ha vuelto de nuevo para allá. Esperamos que el Faro sea como una luz que alumbre nuestro camino, tal cual Nino Bravo, taaaatooooo!!

Fotos (como siempre, recordad que clickando sobre los enlaces, se abren las fotos en grande y con buena calidad):
Bogart Faro, en el ferry a la isla de Solta.
Carcajadas Faro, en el tour por las Kornati.
Faro y Priscilla, recogiendo a Violeta en Krško.
Aquatic Faro, en el albergue de los pajaritos en Bohinj.
Traviesito Faro, en la furgoneta entre Ljubljana y Krško.
Remojado Faro, el día de la ruta por los Lagos de Plitvice.
Contemplative Faro, también en Plitvice.
Pornochacha Faro, con el delantal sustraido en Solta.
Remero Faro, tras la excursión espiral en canoa en Bohinj.
Chill-out Faro, leyendo en el hostal en Ljubljana.
Devouring Faro, luchando a bocaos contra el salchichón, de vuelta en Barcelona.
Gangster Faro, sobre un pilón en Ljubljana.





















































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Mi Feevy: Blogroll