sábado, 28 de julio de 2007

Alguien nuevo...

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Una vez, hace mucho mucho tiempo, back in the 70's, conocí a una persona fabulosa, enérgica, fuerte, amable y vital. En su vida todo era música... Eran tiempos de alegría.

Sin embargo, más tarde algo se torció en su vida, y comenzó una larga relación tortuosa, un romance que le absorbía las fuerzas y no le daba felicidad. Lo usaba como vía de escape, no podía resistirse al placer fugaz que le proporcionaba, pero no era realmente feliz. Su amante era de los más poderosos y seductores que existen en el mundo, por desgracia: se trataba de las drogas. Convertida en politoxicómana, vagó por las calles buscando escapar, hasta que finalmente quedó postrada, física y anímicamente, convirtiéndose en una mera sombra de lo que era...

Después, llegaron los días de lucha. Lucha rabiosa contra la adicción. Abstinencia, metadona, vigilancia... Juicios y prejuicios eran menos preocupantes que una recaída. A pesar de toda la ayuda que amigos y familiares pudieran prestarle, donde realmente se libró la más fiera lucha fue en su interior. Allí era donde debía ser más fuerte que nunca, y vencer.
Y lo fue. Fue más fuerte que su adicción, y tras muchísimo esfuerzo que los demás nunca sabrán, venció a las drogas, y se convirtió en alguien nuevo, liberándose de sus cadenas.

De heridas tan profundas como esas, aunque sanen, siempre quedan cicatrices. Aunque seas el hijo pequeño de una buena familia, el clásico estudiante modelo venido a menos, o incluso una grandísima diva negra de la música disco de los 70.
Su banda sonora de aquellos días se convirtió en un himno para muchas generaciones, abanderándose en canto a la liberación en muchos ámbitos: drogas, alcohol, exnovi@s... Igual que Sauron el Impostor, la adicción es polifacética, y se nos puede presentar con mil y un avatares.

La primera vez que leí la primera estrofa de aquella canción, pensé que nunca había leído nada mejor, nada tan sentido y emocional, sincero, personal, y a la vez compartido... eso fue hasta que leí la segunda estrofa.

I will survive, de Gloria Gaynor.
Uno de los mejores relatos de la historia de la música.



Dedicado, obviamente, a Nutxo, por afinidad.
Corrijo, también por afinidad, mi dedicatoria: a Nutxo cuando era niño.
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

gracias q ilu q me dediques esta entrada!
es una buena historia posiblemente mejor q la q hizo q se escribiera la cancion...
La verdad es q me gustan las letras de canciones q son capaces de hacernos sentir cosas, buenas o malas
Hoy me siento raro y no es por lo q crees asi q e vuelto a la musicoterapia q me ayuda, paradojas de la vida hoy e tenido q elegir canciones de letra floja xa no cavilar demasiado, xq los domingos son asi?
Gracias de nuevo por muxas cosas
b7s

Anónimo dijo...

Molt ben triada la cançó. ;) Trobe que és una de les que més m'anima quan tinc baixa la moral. La música, excel·lent; i la lletra, brillant. Gràcies, Glòria. :)

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