jueves, 5 de febrero de 2009

Trondheim

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Tres meses desde la última entrada en la Cámara.
Casi cuatro meses desde mi última entrada.
Y, sin darme cuenta, se me pasó el segundo aniversario...
Imperdonable.





Vuelo de camino a Trondheim. Voy en un De Havilland DHC-8 Serie 400, una pava para 68 pasajeros que hace un ruido infernal por culpa de las dichosas hélices. Va medio vacío, como siempre.

Estoy leyendo un libro en el que uno de los protagonistas, Ender Wiggin, también está en Trondheim. El suyo es un mundo hostil, un planeta helado que recuerda a Hoth. Una colonia galáctica a 20 años luz de Lusitania. El mío tiene algo de eso, sobre todo el hielo, y la hostilidad. Y los fiordos y los riscos. Pero también tiene luz y belleza, que dicen que están más bien en los ojos de quien mira. Bueno, pues yo se los veo.

El ruido de la pava prácticamente no me deja concentrarme. A menudo tengo que releer una y otra vez una frase para enterarme. Malditas hélices. El caso es que Ender se pira de Trondheim, y yo vuelvo. Después de casi dos meses de ausencia...

La velocidad de crucero del De Havilland DHC-8 es ligeramente superior a 360 nudos, unos 670km/h ó 415mph. Esto es ligeramente superior a la mitad de la velocidad del sonido en el aire, que es de 340m/s, y un millón seiscientasmil y pico veces menor que la velocidad de la luz en el vacío. Si uno compara al De Havilland DHC-8 con la luz, concluye que va bastante lento. Es lo que tiene la luz, que ante ella, casi todas las comparaciones son odiosas. Sin embargo, si lo compara con Ben Johnson, que en 1988 corrió 100 metros en 9 segundos y 79 décimas, es decir, a una velocidad de 10.2145m/s, eso sí, dopado..., se concluye que el De Havilland es rápido. Este fenómeno es lo que se llama relatividad.

Relatividad, intuitivamente, se podría decir que es el hecho de que las cosas cambian según la referencia de quien observa. Por ejemplo, yo le veo belleza a Trondheim, y Valentine también se la ve. Pero si le preguntas a Luke Skywalker si le moló Hoth, probablemente te diga que no... Si es que no te sale con algún trauma infantil sobre quién es su padre, y tal.

Cuando un objeto, llámese mariposa, astronave, Peter Pan, o Ender Wiggin, viaja a velocidades cercanas a la de la luz en el vacío, 299.792.458m/s [1], llamadas velocidades relativistas, aparecen los llamados efectos relativistas. Sería largo de explicar, pero uno de estos fenómenos es que el tiempo subjetivo percibido por dicho objeto transcurre de forma más lenta que el tiempo percibido por los objetos que se mueven objetivamente más lentos, a velocidades consideradas "normales", y como consecuencia, envejece más lentamente. Es decir, que si Peter Pan, o Ender Wiggin, se meten en una nave y viajan a una velocidad relativista, resulta que envejecen más lento, pero mucho, mucho, mucho más lento, de lo que envejezco yo, a bordo del De Havilland DHC-8 Serie 400, que al fin y al cabo siempre ha sido una pava, y encima de pava, lenta -y para colmo ruidosa-.

Puesto que nuestra realidad es relativa, hay pocas verdades universales [2], aunque yo he averiguado unas pocas, pero uno nunca puede estar seguro del todo de casi nada... Por ejemplo, lo que a nosotros nos parece cierto, obvio y evidente, a nuestra amiga de toda la vida, que ahora se toma cafés con otros, le puede parecer radicalmente falso. Y lo triste, y cierto, es que ambas percepciones son absolutamente ciertas respecto de su sistema de referencia.

Total, que después de dos meses de ausencia, y yo que viajo en la puñetera pava esta, que vale, no va a la velocidad de la luz, pero es cierto que va más rápido que Ben Johnson, resulta que para mí el tiempo no habrá pasado a la misma velocidad que para los que se quedaron en Trondheim. Y ahora vuelvo yo y les digo: "Oye, que por ahí fuera, tal y cual...", y ellos responden: "Ya, ya, pero es que aquí, esto y lo otro...". Y ambos tendremos razón.

Pero la jodienda máxima, rotunda, e inapelable, es que muchos de los que había cuando me fui, ya no estarán cuando llegue. Yo les dejé en sus vidas, que también era la mía, y partí. Y estuve fuera. Y ahora vuelvo, y sus vidas serán sus vidas, pero no serán las vidas suyas que yo conocí. Y algunas vidas ya ni existirán, aunque habrá otras nuevas. Pero eso no quita para que siga siendo una jodienda...

Y... todo esto lo digo de camino a Trondheim. Pero es que resulta que de vuelta al sur, será lo mismo, porque ya fue lo mismo, y volverá a ser lo mismo... Pero, de momento, vuelo de camino a Trondheim...




[1] - Por cierto, la velocidad de la luz en el vacío, 299.792.458m/s, frecuentemente aproximada a 3*10^8m/s, o lo que es lo mismo, 300.000km/s, se denota con la letra
c, proveniente del latín celéritās, velocidad, y fue incluida oficialmente como constante universal en el Sistema Internacional de Unidades el 21 de octubre de 1983. El día de mi cumpleaños, y sólo un año después de que yo naciera. :-)
299.792.458

[2] - Lo que sí hay es bastantes mentiras universales. 21 según Té a Trote.

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5 comentarios:

Nils dijo...

pues no te digo ya el avión que una Lofoten con Bødo... a pedales!

NUTXO dijo...

WELLCOME BACK!!! Bienvenido de nuevo a la bloggoesfera y bienvenido a Trondheim!

Me alegro un monton de q reaparezcas x aki y tb de q lo hagas en Trondheim cual Ender Wiggin.

Te hecho de menos xo se que alli eres feliz y q tienes q aprovexar al maximo la experiencia!!!

Me encanta q te guste la saga de Ender ahora si q ya eres un friki completo jajaja

mua mua i lov u & i miss u!!!

P.D. Bienvenido otra vez Mr Pupuru!!

BarakKhazad dijo...

Nils, q tal? cuánto tiempo! :-$
jejejeje
Estuve en las Lofoten y en Bodø a principios de octubre. Una pasada. Pero subí desde Trondheim en bus... :-S una y no más, Santo Tomás! XD la próxima vez subo en avión sí o sí!

Nutxo, takk for sist!
Gracias por descubrirme la Saga de Ender, y por supuesto por apoyarme y estar a mi lado cuando te he necesitado. Besitos.

Lucía dijo...

Pues yo un buen día no encontré el momento de salir a pasear por Trondheim y en un descuido me pasé seis meses recluida en una cámara que no era precisamente la de Mazarbul. El día que regresé me pasó lo mismo que a ti, unos ya no estaban, otros estaban muy ocupados y no me recibían y otros cambiaron, lo mismo que cambié yo.
Contenta de estar en Trondheim otra vez, con las manos heladas, pero contenta.
Un abrazo.

BarakKhazad dijo...

Lucía, es lo que tiene la piedra, y el frío... q a veces, uno se descuida... y demasiado.
nos leemos ;-)

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