Crónica del 8/08/07 - Rumbo a la montaña

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Nos despertamos, no sin morriña, conscientes de que es el último día que nos despertamos junto a la playa, o mejor dicho, en región costera. Hoy tenemos que llegar hasta las cercanías del Parque de Plitvice, zona tremendamente turística, y encontrar alojamiento en algún pueblo cercano, lo más cerca posible del parque. Si no tenemos suerte, tocará dormir al raso ^_^

El desayuno es flojito en el Youth Hostel, ya sabemos, pero por suerte, y por molineralidad, llevamos provisiones suficientes para no morir de inanición. Bien. Pagamos las dos noches que hemos pasado y nos dan unas tarjetas de alberguistas internacionales que aún no tenemos muy claro si rentan infinito o no rentan nada, porque cada noche te ponen un cuño, y a la enésima te dan una noche gratis, pero sólo sirve en su empresa de albergues... eso sí, hay bastantes en Europa, pero aún así... tiene fecha de caducidad... En fin.

El Parque Nacional de los Lagos de Plitvice (Plitvička Jezera) está al noreste de Zadar, a un par de horas o tres de carretera, según se nos dé, más o menos en el centro del país, casi haciendo frontera con Bosnia al este. Según la Wikipedia:

El Parque Nacional de los Lagos de Plitvice es el más conocido de los parques nacionales croatas. Está situado en la región de Lika, un paraje donde se alternan lagos, cascadas y manantiales de espectacular belleza. Esta región fue declarada Parque Nacional ya en 1949, y catalogada en el Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1979, con una ampliación en 2000. El parque tiene una superficie cercana a las 30.000 hectáreas, 22.000 de ellas cubiertas de bosques. La zona que se puede visitar se encuentra en el centro del parque, son 8 km² de valle poblado de bosques, donde la hidrografía ha conformado un paisaje formado por 16 lagos de diferente altitud comunicados por 92 cataratas y cascadas. La vegetación se compone en un 90% de hayas. La visita se realiza a pie a través de senderos y puentes de madera, los lagos más grandes son recorridos por silenciosas barcas. Este parque suscita también gran interés entre los turistas por los acontecimientos que tienen lugar allí, como por ejemplo, las bodas al pie de las cataratas.

Pues bueno, en el artículo que tenemos de EPS recomiendan gratamente la visita, insistiendo en que conviene llegar allí a buena hora por la mañana, porque al mediodía el paraje se llena de adolescentes de Zagreb (que queda a unas dos horas o así al norte del parque) y jubilados alemanes, y ya es imposible caminar y disfrutar. De ahí nuestro interés de dormir lo más cerca del parque posible.

Ya en la furgoneta, decidimos que la estrategia será acercarnos hasta la linde del parque, y probar a buscar alojamiento en el pueblo más cercano. Si no hay, bajar la montaña y probar en el siguiente. Si no, repetirlo sucesivamente, reculando por el mismo camino por el que vamos... Pero, ¡oh, sorpresa! Ya muy cerca del parque, aún por la mañana, sin saber realmente si ese pueblo será el último más cercano o no, un restaurante junto a la carretera que luce a la vista un sugerente horno de piedra, donde se asa un fantástico cochinillo, nos llama, no podía ser de otra forma, poderosamente la atención. Para colmo, al lado de la entrada, un gran letrero dice: "Zimmer". ¡Esta es la nuestra! Unánimemente, decidimos parar y preguntar.

La suerte nos sonríe. Una simpática camarera nos explica, previa llamada por teléfono, que conoce a una gente que tiene habitaciones disponibles a 100 metros de allí. Wao, pensamos, al ladito del parque, qué way. Montamos de nuevo en la flago y vamos hasta el lugar que nos indica la camarera, donde parece que la casera nos estará esperando. Y en efecto, la casera está esperándonos a la puerta de una preciosa casita rural, pintada de amarilla y toda floreada con adelfas e hibiscus, en una calle paralela a la carretera, a una pedrada del restaurante. Nos ofrece tres habitaciones triples. Cabemos todos. ¡Ideal! Nos las enseña. Bonitas, bien amuebladas, muy en plan casa rural de las que conocemos. ¡Más ideal! Y nos dice el precio... Ay... 10€ por cabeza. O.o ¡¡¡Infinitamente ideal!!! Encima, la casera, y el marido, o podría ser el hermano, son simpatiquísimos, y super solícitos (y saben un poquito de español porque ven un culebrón venezolano... alucina, vecina!!), todo lo contrario de los crrroatas de la costa, que eran lo peor... La decisión está tomada en minuto y medio tras ver las habitaciones, e incluso ya están repartidas, parece XD Los cuartos de baño están en el pasillo, pero sólo estamos nosotros alojados, y un grupito de 3 ó 4 que resultan ser españoles también. Ya es fuerte...

Pues nada, tenemos el día solucionado, y aún no es hora de comer. ¡Alegría! Junto a la casita hay una mesa regia de madera, con bancos. La aprovechamos para comer, y para jugar a cartas, claro. Los caseros, qué majos, hasta nos dejan cubiertos y todo, y luego encima ¡no nos dejan fregarlos! Qué maravilla... Encima hace buen día, qué delicioso, allí en el jardín... y qué siesta más buena!!! Al final, la siesta se prolonga durante buena parte de la tarde, y cuando los sesteros despertamos, nos duchamos y nos arreglamos para salir a juntarnos con los no sesteros, está ya atardeciendo.

Resulta que el pueblecito se llama Korenica. Es mínimo. Apenas tiene una iglesia, una escuela, un instituto a medias y la comisaría de policía. Eso sí, tiene muchos hoteles, hostales, restaurantes, y yo creo que la mayor concentración de bares y cervecerías fuera de España que he visto hasta la fecha. Alucinante. Se nota el efecto de la guerra. Aún hay edificios grandes derruidos, y fuera de las calles principales asfaltadas, el resto son caminos rurales embarrados. No obstante, también se notan las ganas de resurgir y el entusiasmo. Jardines bien de verde y flores, ocio, gente joven, cerveceo a diestro y siniestro, etc.

El encuentro molinero es en el Imperia, un pub que pasará a la historia por semejante tarde-noche. Nos atrae hasta allá el fuerte volumen de las risas y voces de las Molineras que llevan ya un buen rato en la terraza. Cuando nosotros llegamos, ya hay muchas cervezas vacías en la mesa. Todos nos hemos "arreglado" bastante esta noche, dentro del carácter mochilérico del viaje... Se ve que estamos contentos por lo inesperadamente bien que ha salido el día... Además, resulta que el camarero es sospechosamente mono, y servicial... Primera ronda. A medida que anochece nos vamos haciendo idea del percal... Parece que hemos dado, azarosamente, con el bar de ambiente del pueblo. Segunda ronda. Llegan parejas de chicos, y algún grupo de cuatro con chicos y chicas. Es, indiscutiblemente, el bar de ambiente de toda la contornada, porque no puede ser que en cada pueblecito de 1000 habitantes tengan uno, ¿no?

Violeta, Farito, Nutxo y yo, decidimos que aunque sea viernes, y la costumbre sea que los viernes se cena cerveza, el cochinillo asado aquel que vimos por la mañana, bien merecía la pena variar los hábitos. Así que vamos para el restaurante, que pese a ser las 21 largas, casi las 22, está prácticamente cerrando. ¿Qué nos ponen? Un kilo de delicioso cochinillo asado lentamente al fuego, con su buena guarnición de patatas fritas, unas ensaladas de entrante, magnífico postre, y capuccinos. ¿Qué nos cobran? Todo eso, 9€ por cabeza. Re-alucina, vecina!! Vete a Cándido, en Segovia, a ver qué te cobra por el cochinillo asado... Viva Korenica.

Cuando volvemos los cuatro al Imperia, las otras cinco Molineras siguen allí, y con muchos más cascos de cerveza en la mesa. De hecho, las reservas del bar están a punto de agotarse, no es broma, ya no queda pivo croata, y hay que probar otras cervezas, distintas en cada ronda subsiguiente. Estragos; hacemos estragos!!! A estas horas ya está más que claro, el bar es de ambiente, y si no, que baje Freddy Mercury y lo vea. La música, la parroquia, las miradas... Los micrófonos. Dice quien va a los aseos, que están fabulosamente limpios, y sorprendentemente coloridos. Se ve que quien los decoró pensó que los gays y lesbianas de la región valorarían mucho las tapas del inodoro de diseño. Yo lo que valoro es la terracita y el rato tan agradable bajo las sombrillitas (comienza a chispear un ratito), y desde luego, la simpatía y el fabuloso culo del camarero XDD

Los españoles que se hospedan en la misma casa rural que nosotros se nos unen para un par de rondas. Nutxo está malito y se va para el hostal. Una media hora después, o así, tras muchas muchas risas y otro par de cervezas más, yo también me retiro a descansar, pero allí quedan las Molineras dejando el pabellón bien alto. Menuda noche... Viva el Imperia.
¿Y qué si el día de mañana será duro, en los Lagos de Plitvice?
[No nos podíamos ni imaginar aquella noche lo duro que sería...]

Fotos:
Mapa de carreteras de Croacia (ampliar, para situarse).
Despiojando a Nutxo (véase el comentario, en la descripción de Flickr).
Nutxo, Farito y yo, en el jardín de la casa rural.
Dinar en la casa rural.
Winnie presents: This is Korenica.
Cruce de caminos.
Risas en el Imperia.
Nutxo Aloud y Sergio Aloud. If I had a promise from you...
Maite y Patri, piveando.
Bibi y Farito, y el humo misterioso.
Patri en plan "tia, tia, tiaaaaa" con Maite (ábrase el link para apreciar mejor).
Cenando cochinillo: Violeta, Farito, Nutxo y yo.
Winnie y Maite piveando.
Patri en el water del Imperia, en plan besuga.
Yo, con Patri en brazos. ¡A tu salud!

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