martes, 15 de mayo de 2007

Ara t'anem a punxar...

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Lo que veo me asusta, y es bastante coherente con la sensación que tenía mientras íbamos hacia Sants. La campanilla está completamente dilatada, estirada hacia abajo, tapando la garganta casi en un 60%. Por eso me cuesta respirar. Encima está de un color raro, me dice Niko, como infectada. Por eso me duele. Al tragar, y al hablar, que se me hace costosísimo. Y encima la apnea...

La situación parece clara. ¿Intoxicación? ¿Alergia a algún material? Sea como sea, algo me ha afectado mucho a la garganta, y tiene mala pinta. Son las 7 y media, y la farmacia de la Estación de Sants está cerrada. Consultamos la lista de farmacias de guardia. Las Ramblas y Paseo de Gracia son los únicos puntos conocidos cercanos, no vale la pena preguntar, mejor coger el tanque y salir pitando para allá. Cuando uno semi-conoce una ciudad, no suele conocer los sentidos de circulación de las calles, lo que dificulta mucho los desplazamientos de urgencia. Encima, Niko, que es el único que conduce de los dos, tiene una pequeña crisis de asma por el agobio o también afectado por algo de los materiales del embalaje, o lo que quiera Confl que fuera; por suerte lleva su inhalador y le pega un par de chupadas cuando aterrizamos literalmente frente al escaparate de la farmacia de Paseo de Gracia. El mancebo nos atiende a duras penas a través de un ventanuco blindado, con el agravante de que yo no puedo casi hablar y Niko está nervioso. Le explicamos lo que pasa. Me da un spray que lleva anti-inflamatorio, anestésico, para el dolor, antibiótico, para la eventual infección, y noséqué otra cosa para nosequé. Volvemos al tanque y abro el spray, mientras leo el prospecto. "Hmmm, esencia de piña...", parece que mi suerte mejora. Abro la boca, dirijo el pitorro, dosis de ataque... "O.o ... *#@!!& ... ¬¬" Etanol 89.385% v/v, lo cual se traduce en que pica un huevo!!! Además, curiosamente, compruebo que otros componentes incluyen enoxolona, acetato de hidrocortisona, y lidocaína... todo un coctel para deportistas... por cierto, bastante similar al chute que se acaba de meter Niko mientras se asfixiaba...

Tres minutos en la "flagoneta" tras la aplicación del etanol puro con sabor a piña evidencian que no es suficiente, a pesar de lo que dijo el mancebo: ni la inflamación baja, ni consigo respirar ni hablar, ni deja de doler. "Por favor, llévame a urgencias". Cerca de allí está el Clínico, menos mal, nos cuesta mil llegar por las dichosas obras, los sentidos satánicos de circulación y demás, pero por suerte, la mayoría de conductores aún duerme. La mayoría de accidentados, no. Están todos en el Clínico, esperando turno. "Mire, soy tal, no puedo hablar, me ha pasado esto, he dormido allí, me duele aquí", etc, en voz muy bajita. Por suerte, me mandan enseguida a la planta de atención. Tras 15 minutos de espera, me hacen pasar "adentro", donde ya no dejan pasar a Niko. "Oiga, que es que no puede hablar!", "Da igual, da igual, ya nos apañaremos", dice la enfermera. Pues nada, ya nos apañaremos. Por supuesto, me toca contarle todo el caso a la enfermera otra vez. A duras penas. Dice que el otorrino enseguida viene, que no está aquí, que está en su servicio, y que cuando alguien llega para visitarse, le llaman, y él viene a dar su servicio aquí. Que yo digo, ¿entonces cual es su otro servicio, y lo que es más, en qué consiste una atención de urgencias? ¬¬ pero en fin...

Se ve que el otro servicio está allá por Sants o así, porque el otorrino tarda 20 minutos en llegar, durante los cuales me dejan abandonado en una sala en la que hace un frío que pela, fabuloso para mi campanilla, en lugar de dejarme esperar fuera con Niko, o dejarle entrar a él. ¬¬ Al final, aparece el otorrino: "Bon dia, eeeerrr... Carlos... conta'm, q és el q passa?" Y yo: ^o) (traducir a icono de MSN)... Una vez más, a contarle todo el caso. Me duele muchísimo al hablar, y en concreto, la jota me cuesta dios y ayuda, porque vibra toda la campanilla y me hace ver las estrellas. Las erres también, pero menos. "Por como hablas, ya sé lo que tienes." Yo le miro, y de nuevo: ^o) (traducidlo otra vez... skeptic). Él añade: "... creo." Abro la boca y me la mira. La boca. "Di aah." "Aah." "Más." "Aaaaaaaahhh." "Vale, vale." Cierro la boca. Se pone a rellenar papeles. "Pues sí, efectivamente, tienes edema de úvula, ya me lo imaginaba por la voz gangosa y por el dolor al hablar". Así que es eso... edema de úvula, eh? ^o) ( ... ) "Se produce por muchos factores, puede haber sido alergia a algo, a algún embalaje, algo de polvillo, cualquier cosa así. De todas formas no se sabe, porque es bastante frecuente. A veces vienen tíos con sobredosis de cocaína, y automáticamente, la úvula..." (gesto de descolgarse la campanilla hacia abajo, como la mía). Pues nada... Sigue rellenando papeles, y así, como quien no quiere la cosa, y en catalán, por si acaso cuela y no le entiendo, dice:

"Ara t'anem a punxar"... y sabéis, ¿no?, esa x como inocente, como inocua, que allí en el norte suena como suave, no como en Valencia que suena apitxada, fuerte, como en "charol", sino así en plan como un globo desinchándose... (los castellanoparlantes suelen reconocer el sonido asociándolo más a uan grafía s que a la x) ... para que no le des importancia... Y yo: "ya... ¬¬". "Por vía intravenosa, que duele menos que por vía intramuscular, y el efecto es más rápido". Total, que ya veré, los corticoides en vena me van a aliviar muchísimo, se me va a reducir la inflamación rápidamente, y en unas horas podré hablar sin problema. Qué maravilla, pienso yo, prefiero el pinchazo, porque ahora me ahogo. Esa es la dosis de ataque, la inyección que me van a "punxar", pero tengo que seguir tratamiento de corticosteroides, en concreto, prednisona, una semana. Fin de la visita, el otorrino se marcha, y me dejan esperando en un pasillo a que venga un enfermero a "punxarme". Tras otros 20 minutos eternos esperando a que cualquiera de los enfermeros que por allí se pasean, charlando de la peli q han visto anteayer o del partido de fútbol que verán pasado mañana, y tener que aguantar la agonía de una pobre señora que se desgañita desde una cama: "Ay, que no entenen re', ay, que ens morirem de gana, ay, que no se'n recorden de nosaltres, ay, que no entenen re'", etc, lo cual contribuye más bien negativamente a mi estado de nerviosismo y a mi dolor de úvula, la muy jodía, finalmente un enfermero que no describiré para no entrar en el más puro sensacionalismo amarillista, viene y me invita: "Vente conmigo". Me vuelve a llevar a la habitación donde el otorrino pasó 4 minutos conmigo, y me pone la inyección. Insiste: "en el brazo, mejor que en el culo, que es más rápido y duele menos". Pues hala. Y con la receta, para fuera.

Un pinchazo de corticoides y una receta para tomarme 2 y 2 comprimidos en los dos siguientes días, 1 y 1 en los siguientes dos, y medio y medio en los dos últimos. De vuelta a la "flagoneta", con Niko, esperamos a que la droga haga efecto. Y lo hace. La verdad es que sí. Para cuando llegamos de vuelta a Ikea, mucho más tarde de lo esperado, claro, puedo hablar, mal que bien. Mientras asaltamos la sección de menaje y vajilla, consigo pronunciar las fricativas y las sonoras sin que me duela. Las vibrantes se resisten más, y la jota sigue siendo imposible durante el resto del día, pero el dolor remite bastante. Por la tarde, tras saquear dormitorios y ropa de cama, un poco mareado por el chute, damos por concluida la razzia y regresamos al tanque. El resto, si no menos peculiar, sí es más monótono.

Con todo cargado, salimos de vuelta para Valencia. Llegamos en tiempo record, porque a las 21 había que devolver la flago, que no podíamos ampliarla a un tercer día de alquiler, y lo que es peor, empezaba la final de Eurovisión... ¬¬ total para ver lo que vimos... Descargar el tanque fue visto y no visto. En media hora una decena larga de paquetes con librerías, mesas, estanterías, percheros, uan silla ergonómica (o eso decían), varias almohadas, muchas bolsas de papel llenas de vajilla, peluches, velas, y demás utensilios variados y en general de dudosa practicidad, y, ah, un colchón a medio desplegar, estaban por fin en tierra firme. Y mi úvula, después de darse el garbeo más odioso de mi vida, también.

Sigo con los corticoides...
Y últimamente, ocupado hasta la coronilla acabando el dichoso trabajo de marketing. Cuando esté finiquitado, me pondré con el de criptografía...
v

4 comentarios:

NUTXO dijo...

bua q putada!! por lo menos ahora ya pudes hablar, yo tb estuve una temporada tomando corticoides i es una putada muy gorda, espero q el tratamiento sea corto, xq sino empezaras a inxarte como un pez globo!! Pero seguro q es corto de todas maneras q putada!!
Recuperate pronto nen!

Anónimo dijo...

Madre mía!! Todo esto te pasó y yo sin enterarme... Tu garganta ha revivido, claro, ¡hoy he hablado contigo! Pero lo que más me preocupa saber es... ¿realmente había una silla dónde os vendieron que había una silla? ajajjajajaja!!

Mua compiiiiiii, prometo no hacerte hablar mucho para el trabajo de Cripto... pobrecitoooooo!!! (achuchón)

PS: yo sigo siendo sólo kawai, ¿no? Nada de 2.0. que me suena raro...
PS bis: y al hilo con el anterior, que alguien me explique lo del kawaiiiiiii

BarakKhazad dijo...

Asias por preocuparos.

Nutxo, no sabía que los corticoides inflaran... bueno, los músculos sí, claro XD pero la tripa? jo, q mal rollo :(

Wild Runner, no te recomiendo para nada un edema de úvula para tus marathones... keep them far away! :-S

Azul, si se pudo demostrar la Segunda Conjetura de Poincaré, yo te demostararé que la silla cabía, y cupo. Tú eres kawai, sipi, 2.0 nop. Ya lo explicaré algún día. Si Frealaf-Sama no dice nada antes, claro... :P
Asias por el achuchón! ^_^

Anónimo dijo...

Te ha vuelto a pasar ?

Yo he tenido 4 edemas iguales en 8 años, y nadie da con la causa. Joer, que mal se pasa jejejeje

Ya me contarás
Saludos !

Roccko@gmail.com

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