Tirando piedras

Para los que no me conozcan, soy camionero y, ademas, gruista. Normalmente llevo un camión con una grúa de diez toneladas para un jefe usurero que me hace trabajar cincuenta y cinco horas a la semana y a partir de ahí me paga horas extra. Hace un año me habría negado... Pero la hipoteca y la niña que esta por venir me obligan a hacer concesiones. Nunca se puede decir de este agua no beberé ni este cura no es mi padre.
El caso es que mi camión esta en el taller por culpa de la pluma (así llamamos a la grúa) que pierde liquido y no se levanta... por lo que, además de aguantar los chistes de parvulario de mis compañeros (un camionero con pluma, que pierde aceite y no se le levanta...), he tenido que coger uno de los camiones de la planta de machaqueo. El trabajo en la planta consiste en coger una colina, meterla en una maquina monstruosa y atronadora y convertir todas sus rocas en piedrecillas. A la maquina la llamamos, lógicamente, machacadora y al resultado, de tierra y piedrecillas mezcladas, zahorra de machaqueo o procesada. Mi trabajo consistía en ponerme debajo de la cinta que soltaba el material resultante y llevarlo hasta donde se acumula. Parece fácil ¿no? Pues no.
El "camión" es una bestia antediluviana, con el cambio de marchas destrozado y una dirección mas dura que las rocas que echábamos a la machacadora. Estaba diseñado para los camioneros "de antes", ya sabéis hombres que dejaban su huella en bloques de granito y doblaban la guía telefónica de Tokio por el canto. Yo, con metro setenta y tres y sesenta y cinco kilos de peso, simplemente no doy la talla.
Me he despertado todos estos días con el mismo dolor de brazos con el que me acosté. Durante estos días he sudado como un cerdo mientras luchaba con la dirección y el cambio. El ruido no paraba nunca y el polvo lo inundaba todo. Cada vez que paraba, me derrumbaba sobre el volante y pensaba en que esta no es forma de ganarse la vida.
Una musiquilla me sonaba una y otra vez en la cabeza. "Tiro una piedra al aire y al que le de que me perdone". La canción es de Reincidentes, un grupo de esos que hacen rock denuncia o algo así. Quejarse de la mili, pedir la legalización del cannabis y llorar por un curro en el cual les paguen por no trabajar. La mili ya la han quitado, el no trabajar y seguir cobrando lo tienen chupado gracias a la SGAE, así que el día que legalicen los porros estos grupos no van a saber que cantar. En fin, a mi me gustan, me suelen servir de válvula de escape para esos días en que necesito un poco de violencia sin sentido. Ayuda a que no rompa nada de verdad.
Hoy leo como unos trabajadores de Delphi han quemado el coche del director y me vuelve el estribillo a la cabeza. Y no estoy de acuerdo con el. El día que yo tire una piedra no espero que me perdonen, lo que espero es que le joda. Y tampoco voy a esconder la mano, la tendré preparada con otra por si el hijoputa se levanta.