Magdalena Festa Plena

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Pues sí, ayer empezaron oficialmente las Fiestas de la Magdalena en Castelló de la Plana. Son la típica conmemoración fundacional de la ciudad, o al menos, así es como empezaron. Ayer, de la Festa la Vespra. Hoy, Magdalena Festa Plena, bien de mañanita al amanecer después del juergón de anoche, los más castelloneros van a la Romeria de las Cañas. Al llegar a la Ermita de la Magdalena, obviamente, siesta de unas cuatro horas largas, como manda la situación. Los petardos y el calimoxo a raudales.
Con el tiempo, la Magdalena se ha convertido en una de esas fiestas de reencuentro con la gente que uno no tiene oportunidad de ver mucho a lo largo del año. Bien a nivel pseudo-institucionalizado en forma de "Collas" (el equivalente, salvando las astronómicas distancias, a los Casales Falleros, las Peñas, etc, etc), o bien a título particular, la gente se reúne para charlar, comer y cenar, disfrutar de unos días de vacaciones, y rajar del personal, que es algo que gusta mucho. Uno puede disfrutar la Romería de las Cañas, el Pregón (sólo recomendable si uno es muuuuy paciente y tiene el culo bien duro), los castillos de fuegos artificiales, la Feria Alternativa, los conciertos...
Y ya. En mi opinión la Magdalena se ha convertido en una fiesta desnaturalizada en la que no hay un elemento de identificación popular común que integre lo que es la fiesta (el ocio, la cultura, el turismo, etc). La gente se reúne por libre y va aquí y allá, pero eso es todo. Desde la organización "oficial" de la fiesta no se ofrece nada más. La "Gaiata", objeto físico a partir del cual se pretende articular la fiesta, es sólo tolerada por los más cercanos a ella, y aborrecida por un gran sector crítico de la ciudadanía, por inconsistente, carente de significado o atractivo, y por fea. Porque son feas. Y es uno de los graves inconvenientes que esta fiesta arrastra en forma de lacra. No recuerdo ningún objeto similar que necesite un acto de "Exaltación", por ejemplo...
No sólo eso, sino que los iluminadísimos responsables del cotarro, en lugar de ofrecer propuestas interesantes para atraer el turismo, o siquiera conservar la presencia de los castellonenses en la ciudad esos días, basan prácticamente toda su propuesta en torno al vino y la cerveza, que si bien están muy bien en su contexto y su momento, no deberían constituir el plato fuerte de ninguna fiesta organizada a título oficial. Y más con el panorama de ley anti-botellón que tenemos. Es triste, desde luego, que en Alemania, Reino Unido, Bélgica, etc, por supuesto jamás vayan a interesarse por una ciudad y unas fiestas así, cuando bien que viajan a ciudades cercanas que les ofrecen un ocio inteligente y de calidad. Pero más triste es aún que el 40% de los adultos castellonenses aprovechen la Magdalena para marcharse de la ciudad a descansar en otros lugares. ¿Y por qué lo hacen? Porque estas fiestas no les dicen absolutamente nada. ¿Qué les van a decir, si el criterio aplicado es el mismo que el que llevó a la Diputación Provincial a sufragar el famoso video de Luis Aguilé como representación en FITUR? Desde luego no es un problema de presupuesto, eso está más que claro. Es una cuestión de preparación, de criterio y de sensibilidad. En este caso, falta de ella, más bien. Y voluntad desmedida de lucro desde la más absoluta y despreocupada haraganería, por supuesto. ¬¬
Para muestra, el ejemplo de la página web de la Junta de Fiestas, "arreglada" deprisa y corriendo dos semanas antes de comenzar las fiestas de la Magdalena, porque su aspecto hace un mes era francamente deplorable, cutre-salchichero y políticamente inadmisible. Demostraba llanamente la capacidad de los dirigentes del órgano. Por supuesto la remodelación no ha sido cosa de ellos, sino de un equipo externo, dependiente del Ayuntamiento... En fin...
Adicionalmente, entran en juego todos esos fabulosos conceptos que últimamente son aplicables a la mayoría de nuestros políticos, y que con el tiempo y el uso, van perdiendo fuerza, aparentemente, convirtiéndose en meros epítetos que acompañan de forma habitual cualquier intervención o declaración pública, decisión que tomen, etc. Llámese hipocresía, doble moral, indiferencia hacia los ciudadanos, autocomplacencia, actuación por conveniencia personal, etc.
Una pena.
Fíjense si nos quieren nuestros burócratas a los castellonenses, que lo que han programado para esta noche, que es el día grande, digamos, de las fiestas, es una actuación en la Plaza Mayor del muy ilustre y archiconocido Marianico el Corto... ¬¬ Casi preferiría, por la evidente carga de cachondeo, a Luis Aguilé.
Todo lo que intentan introducir como novedad se engloba dentro del polémico modelo de ocio del panem et circenses. Así no se levanta una ciudad, no se consiguen inversiones extranjeras, no se consigue la confianza de la juventud, no se tiene a favor al sector intelectual. Una vez más, ustedes verán lo que les conviene. Aunque está claro que no, no lo ven, y sobre todo, no ven lo que nos conviene a los ciudadanos. Normal, con la capacidad visual mermada es difícil verlo todo. Tanto vino, tanta cerveza... Sólo miran a corto plazo... Y ahí sí que aciertan sí, sólo hay que percibir su patente incremento perimetral mientras se ocupan de sus cargos...
En fin, como hay gente a la que no nos va eso del pan y circo, está claro que la fiesta nos la tenemos que montar por nuestra propia cuenta, puesto que confiando en la programación institucional no tendríamos apenas fiesta de la que disfrutar... Así que a eso vamos. Al ocio divertido y cultural, con mensaje, con criterio, con atractivo, con interés. En vez de a lo barato, lo fácil y lo chabacano. Porque ESA no es la ciudad que queremos. Entérense de una vez. Y, desde luego, si van a volver ustedes a ir a FITUR a representarnos como este año, avisen antes, que nos iremos todos a pasar las vacaciones a otro sitio mientras, animados por ustedes, el IMSERSO invade la modernísima ciudad de Castellón de la Plasta.